Hay lanzamientos que en su momento de salida quedan eclipsados, escondidos tras un montón de juegos, pero que luego programas como PS Plus o Xbox Live Games With Gold nos dan el pretexto perfecto para recuperar. Este es el caso de 'Crimson Dragon', juego de lanzamiento de Xbox One, que ahora se nos ofrece en el programa Xbox Live Games With Gold.
Más allá de esto, cabe apuntar que esta distancia con el lanzamiento también permite que el arte del parcheado post-lanzamiento haga aparición, y antes de comenzar a hablar de lo bueno, malo, o regular de este juego, sí que debéis tener en cuenta que la versión sobre la que se sujeta la review que estáis leyendo es la actual. Si en su día prestasteis atención a este juego habríais visto que uno de los mayores palos se los llevaba en una curva de dificultad completamente descompensada, que nos lanzaba de lo insulso al infierno en un par de coletazos de nuestro dragón, para volver a llevarnos a lo insulso en otro par de giros. Este ha sido el principal problema atajado a golpe de parche, y ahora la dificultad está muchísimo más equilibrada. Otro de los puntos modificados a posteriori es el sistema de recompensas que permite avanzar en el juego a mucho mejor ritmo.
Grandes nombres
Dicho todo esto, es el momento de adentrarse en lo que ofrece 'Crimson Dragon', que funciona a modo de secuela espiritual (sé que a todo el mundo le encanta este término) de la saga 'Panzer Dragoon' perpetrada hace mucho por el Team Andromeda de Sega. Esta franquicia que nacía en los tiempos de la 32 bits de Sega, encontró posteriormente su lugar en Xbox con 'Panzer Dragoon Orta'. Tras 'Crimson Dragon', que busca seguir la estela de mecánicas de esto juegos, se esconde Yukio Futatsugi uno de los nombres tras la saga 'Panzer Dragoon'. Sin embargo, 'Crimson Dragon' se aleja muchísimo de las cotas de excelencia en las que se movían los juegos firmados por Sega, que en su día funcionaban como benchmark técnico de la Saturn.
El desarrollo de 'Crimson Dragon' ha sido tortuoso y convulso, lo que le ha pasado factura al juego final. Lo que propone 'Crimson Dragon' es un shooter sobre raíles en el que manejamos majestuosos dragones. De tal forma que mezcla el género on-rails con el rpg, siendo imperativo levear y entrenar a nuestros dragones, conseguir bestias más poderosas y evolucionar las que tenemos, para superar las fases y proteger al planeta de una agresiva infección (un argumento que va mucho con los tiempos).
Salto de generación
Sin embargo este proyecto viene moviéndose dentro de los estudios de Microsoft bastante tiempo, primero concebido como juego con lanzamiento en Xbox 360 para ser la cara hardcore de Kinect, y en una pirueta unos meses antes de su salida, reconvertido en juego exclusivo de Xbox One dejando Kinect de lado. Esto tiene dos consecuencias directas. Por un lado, el apartado técnico está totalmente desfasado para una plataforma de nueva generación. Encuentra su excusa únicamente en tratarse de un juego de descarga, lo que le da la libertad de estar técnicamente un paso por debajo del juego retail. Aún así, muy lejos de lo que cabe esperar de un juego de nueva generación. La segunda consecuencia directa es que en el paso de control por Kinect a mando algo ha ido mal, haciendo que el sistema de control de 'Crimson Dragon', lejos de convertir a nuestro dragón en una máquina precisa de matar, lo hace bastante torpe y pesado.
El tercer gran mal de este videojuego es su estructura. La sucesión de menús, escenas de historia y partida está perfectamente estructurada y se repite en cada corte. Tras cada partida tenemos un juego de menús complejo en el que podemos gestionar y mejorar a nuestro dragón, para una vez elegida la misión pasar a un corte narrativo que se limita a una voz en off que nos cuenta qué sucede, y luego llegar al nivel en cuestión. Este es un esquema básico, que encontramos tan marcado y delimitado en 'Crimson Dragon' que roza lo obsceno.
Menús y submenús
A pesar de que los menús y submenús son una parte fundamental para el desarrollo en el juego, tardaremos unas cuantas horas en llegar a comprender todos sus apartados. Sin embargo, una vez comprendemos bien los entresijos de mejora de nuestros dragones nos topamos con un sistema bastante completo, con la posibilidad de evolucionar las capacidades de nuestros dragones e ir haciéndonos con más para nuestro repertorio. De tal forma, la parte rolera se impone como una de las más interesantes de lo que el juego propone.
En partida nos encontramos con que podemos ir acompañados de otro dragón mercenario que sirve de apoyo, al cual podemos colocar como soporte a nuestra espalda, o situarlo delante para que nos dé un respiro. Estos mercenarios pueden ser directamente NPCs creados por el juego, o a modo de 'Dragon's Dogma' reclutar dragones de entre nuestra lista de amigos a cambio de una cantidad de créditos. Las batallas se libran a través de diferentes escenarios en los cuales nos van marcando diferentes objetivos, que se suelen ver limitados a "destruye a tus enemigos" y "recoge balizas". Poco a poco vamos desbloqueando nuevos escenarios, y viendo cómo a nuestro paso aparecen cada vez nuevos tipos de enemigos a destruir. Cada dragón tiene un ataque básico que podemos combinar con una habilidad.
En conclusión
'Crimson Dragon' es un juego que tiene dos niveles de lectura. El primero, el que entra por los ojos, lo sitúa a nivel del desastre. Como os decía, el acabado técnico dista mucho del de lo que cabe esperar de una consola de nueva generación. El segundo nivel de lectura, el que tenemos tras unas cuantas horas de juego, nos desvela un título interesante, que una vez perdonamos sus pecados esconde elementos a destacar. No hay muchos juegos sobre raíles en el catálogo actual de las plataformas, y en 'Crimson Dragon' encontraremos cómo en cada partida dominamos mejor el control de nuestro dragón y somos más efectivos, lo que se complementa con la evolución y colección de dragones que nos permite ser estratégicos a la hora de afrontar cada tipo de misión y nuevo reto. Es un juego feo, desfasado y repetitivo que sorprendentemente me gusta.