INVASIÓN

Análisis de 'Coffee Crisis' para Nintendo Switch - Cuando ni hasta arriba de café puedes salvar el día

El juego presenta un planteamiento original, pero está mal explotado

Por Juan Pedro Prat 26 de Noviembre 2018 | 19:00

Lo bueno de que la escena indie en la industria de los videojuegos es que le dan frescura a un sector que puede anquilosarse con facilidad. La libertad para desarrollar ideas locas e innovadores es mucho mayor cuando no se tiene una editora detrás presionando para llegar a unos plazos y para que el título en cuestión tenga una serie de características que le hagan encajar bien en el mercado y, en definitiva, sea rentable. Pero todo esto no quiere decir que siempre se tengan buenas ideas o que la ejecución de las mismas sea la mejor. Esto, sumado a la resurrección de ciertos géneros y estilos de juego, puede dar como resultado un buen título o una idea que se estrella nada más despegar.

Esto último es lo que me ha ocurrido con 'Coffee Crisis', un beat'em up al más puro estilo retro de yo contra todo lo que se me ponga por delante. Su premisa recuerda a la de los juegos de recreativa en los que siempre era mejor ir con un compañero a patear el trasero a cualquier enemigo, pero pronto pasó a ser una parodia de los videojuegos de estas que salen en series animadas. No es la primera vez que me enfrento a un título de este género y aunque divertido, pronto se queda sin chispa y su temática controla por completo el resto de elementos de este título de Mega Cat Studios.

Los aliens quieren Wi-Fi y café

'Coffee Crisis' lleva al jugador a un título con estética retro en el que una raza alienígena se ha fijado en la Tierra por varios elementos que necesitan para ellos. Lejos de una propuesta de ciencia-ficción al uso, este título prefiere darle una vuelta de tuerca a 'La Guerra de los Mundos' con humor y convertirlo en una especie de parodia en el que estos extraterrestres subyugan a la humanidad con el fin de hacerse del Wi-Fi, el café, el heavy metal y los videos de gatitos que se suben a YouTube. En este entorno apocalíptico, dos dependientes de una cafetería son los encargados de salvar al resto de su especie.

Nick y Ashley son los protagonistas de esta caótica escena ficcional que, saco de café y jarra en mano, se tendrán que ir abriendo paso hasta llegar al líder de esta conquista que quiere dejar a la humanidad sin los principales motores de la sociedad moderna: Internet, cafeína y música. El primer gran retorcimiento de guion viene en el propio planteamiento de los protagonistas. No son dos agentes, ni dos superhéroes o luchadores. Son dos dependientes, que seguramente cobrarán los pobres una miseria, y encima les encasquetan la misión de salvar al mundo (¡pues eso son horas extra!). Esta frescura en los personajes podría considerarse como un punto muy a favor, pero conforme avanza el juego, se ve que el humor y la jugabilidad están completamente descompensados. Como si fuese Bart Simpson el que está jugando a una de las recreativas que hay en El Badulaque.

Los enemigos que aparecerán por el camino serán aliens de diferente tipo. pero también humanos que han sido abducidos y reprogramados para rebelarse contra los de su propia especie. Esto estaría bien si no fuese porque en Mega Cat Studios han creído que sería divertido poner a todo tipo de ancianos con bastones y taca-tacas como principales "masillas" a abatir. Obviamente, no serán los únicos, pero la mordacidad inicial acaba siendo un humor barato que no le hace nada bien al juego.

Los protagonistas podrán recoger diferentes herramientas durante las diferentes fases, las cuales infligirán algo más de daño a los enemigos, pero son de uso limitado. En realidad, la disponibilidad de estas armas tienen un impacto menor en el juego, ya que las habilidades de los enemigos las dejan completamente inutilizadas. La mayoría son bastante rudimentarias, lo que enfatiza más la absurdez de todo el planteamiento cuando ves que te estás enfrentando a aliens que disparan láseres con un madero de una obra.

Dificultad disparada

Hablar de la dificultad en un videojuego siempre es difícil, ya que puede denotar falta de habilidad del jugador, pero hemos venido a jugar, Arturo. 'Coffee Crisis' no es para blandengues, y no porque haya que demostrar valentía para lanzarse a la calle a acabar con una invasión alien siendo un dependiente de cafetería, sino porque ni siquiera en los beat'em up (que es machacar, machacar y machacar a los enemigos), se puede ir a pecho descubierto. La raza humana tiene la triste idea de que cualquier ser que venga de otro planeta es un poco deforme y tiene una capacidad tecnológica y sobrenatural mayor a la nuestra. Y no tiene por qué ser así. En cualquier caso, siempre es bueno ir armado con un palo para matar a un alien ultradesarrollado.

En este aspecto, el título de Mega Cat Studios, presenta un desnivel en lo que a la dificultad de sus enemigos se refiere. Cualquier enemigo al que se enfrenten Nick o Ashley lo pueden dejar K.O. Y no es para menos, ya que al final estamos hablando de esa supuesta superioridad en todos los sentidos de la raza extraterreste. Con esto quiero decir que será mejor no irse a darse de guantazos con el primer anciano con boina que veamos, porque lo podemos pasar mal. La mayoría de sus ataques suelen incluir un movimiento rápido de largo alcance que nos puede dejar secos. Nick, por su parte, va con su saco de café arreando que da gusto, pero se queda corto. También hay enemigos más fuertes, "jefes" podría decirse, por lo que estos ya es mejor recurrir al poder de Grayskull para intentar acabar con ellos. Se puede ¿eh? Pero hay que recurrir a ciertos movimientos especiales que no siempre están disponibles.

Además de todo esto, solo hay tres oportunidades de continuar la partida si nuestro cuerpo pasa a ser parte del dibujo de la acera y tocará volver a empezar si no se acuerda uno del código que se nos facilita al final de cada intento.

Conclusiones

Darle variedad a la industria siempre es algo bueno y se agradecen los intentos de darle un golpe de aire fresco al sector con propuestas gamberras. Pero no cualquier gamberrada está permitida, ni tampoco cualquier cosa que se aleje de lo establecido es necesaria u obligatoriamente buena. 'Coffee Crisis' ofrece al jugador un título arriesgado, que se nota que ha estado hecho con toda la libertad del mundo, pero quizá en ese ejercicio de libertad no se ha sabido dar forma o canalizar las ideas hacia un producto con mejor factura. No es una propuesta mala, ni mucho menos, pero la escena indie ha adelantado mucho y le ha costado también sudor y lágrimas hacerse un hueco entre los más grandes. Por eso mismo, no se debe aplaudir cualquier juego que llegue al mercado si no lo merece.