¿Qué tendrán los pollos, kiwis, gallinas y patos que su aparición en los videojuegos es de las más recurrentes? Antes de la fiebre en smartphones de los 'Angry Birds' y del 'Flappy Bird' pudimos ver diferentes aves revolotear y saltar libres al ser liberadas en 'Sonic the Hedgehog', kiwis rescatadores y rescatados en 'The New Zealand Story' e incluso los famosos -y pobres- patos voladores de 'Duck Hunt'. En la mayoría de los casos su presencia no pasa desapercibida, ya que o bien son introducidos como personajes protagonistas o a rescatar, o adquieren un rol secundario de los que suelen dejar un buen o amargo recuerdo. Que se lo digan sino a todos aquellos que experimentaron por primera vez la rabiosa furia de los cucos en la franquicia 'The Legend of Zelda'. Y es que las versiones cartoon de estos personajes saben despertar tanta ternura como respeto.
Nuevamente, un videojuego sale a la palestra poniendo a un ave como protagonista para aprovechar su carisma y ganarse al público. Se trata de 'Chicken Wiggle', un título de plataformas que llega a Nintendo 3DS de manos del estudio independiente Atooi. Y lo hace de la manera más extraña: con servidores dedicados pese a que la corriente barre para Nintendo Switch, teniendo además enfrente a un titánico competidor llamado 'Super Mario Maker'. ¿Locos o rebeldes? Sea como fuere, su creador Jools Watsham, fundador del estudio Atooi y padre del popular indie 'Mutant Mudds', se la juega con una aventura donde pollo y gusano, cazador y presa, han de colaborar al más puro estilo Banjo-Kazooie para sacar provecho de sus habilidades exclusivas y así poder sortear multitud de obstáculos a la vez que derrotan a diferentes enemigos con la finalidad de rescatar a otros hermanos pollo que han sido secuestrados. Además de una serie de niveles predeterminados, la gran baza con la que juega el título es un generoso editor de niveles para que creemos infinidad de desafíos que disfrutar después o compartir con otros jugadores.
Nada nuevo bajo el sol
Quienes vengan con la idea de algo similar a 'Mutant Mudds' que vayan rompiendo sus esquemas, ya que los elementos de acción quedan relegados a un plano menos destacable para poner en relieve la filosofía Kishotenketsu de la narrativa asiática -esencialmente china y japonesa- que a Nintendo tanto gusta aplicar a sus juegos. De este modo, cada nuevo nivel de 'Chicken Wiggle' nos ofrecerá una nueva idea a descubrir, manteniendo en todo momento esa sensación de frescura que tan necesaria es para evitar caer en el aburrimiento. Estas novedades se aplican de diferentes maneras, ya sea a través de un potenciador que otorga una nueva habilidad, nuevos enemigos a vencer o nuevos obstáculos que obligan a cambiar nuestra estrategia de juego. Esto sirve de contrapeso para los sencillos, y también austeros, controles de los personajes: un pollo que salta y pica -con una distancia de ataque muy reducida- y un gusano que se estira para agarrarse a salientes, plataformas, paredes y techos para poder sortear cada peligro. Pese a que el pollo se mueve de manera rígida y su ataque apenas alcanzan un par de píxeles, se ve en parte compensado por los puzles que van surgiendo en algún que otro tramo de cada nivel.
Pese a todo, el modo básico, bautizado como Play, no deja de ser una especie de tutorial que nos permite descubrir las posibilidades de aquello que de verdad ha de interesar al comprador potencial del juego: el creador de niveles. Porque no estamos ante un juego tradicional de plataformas, sino que al igual que ocurre en 'Super Mario Maker' todas las funciones disponibles derivan al final hacia un editor dirigido de manera inteligente hacia el público amante de los juegos sociales y los editores de niveles. 'Chicken Wiggle' no va a ofrecernos nada destacable ni nuevo, pero sí que logra entretener.
Su fortaleza: el creador y editor de niveles
Pese a que no cuenta con un tutorial que facilite las cosas o permita ir estableciendo rápidamente un esquema para saber cómo han de ser los cimientos de nuestras creaciones, el creador de niveles logra ser lo suficientemente intuitivo como para que podamos asimilar rápidamente la ubicación y utilidad de sus distintas herramientas. Eso sí, resulta imprescindible jugar antes al modo Play, ya que si no todo parecerá en principio caótico.
Resulta muy sencillo poder disfrutar de las creaciones que otros jugadores suben al servidor online, algo que en 'Super Mario Maker' no funciona todo lo bien que se pudiera desear. A través de un sencillo menú podremos escoger entre distintas opciones basadas en popularidad, novedad, favoritos, creaciones del estudio desarrollador o favoritos del estudio, entre otras. Además, Atooi acostumbra a subir regularmente nuevos niveles, por lo que la novedad queda siempre garantizada aunque la comunidad de usuarios tarde en despertar.
'Chicken Wiggle' busca hacerse un hueco en Nintendo 3DS ante el público que aún disfruta del enorme catálogo de esta consola. Desde Atooi han decidido cometer la locura de competir contra un titán como 'Super Mario Maker', pero también aprovechan que se haya visto reducida la aparición de buenos indies en la eShop de 3DS para brindarnos una oferta jugable que es entretenida y nada más. No vamos a negarlo, el juego decepciona en algunos aspectos y probablemente estemos por primera vez ante el pollo menos carismático de los videojuegos, pero si se le da una oportunidad al editor este puede llegar a sorprender, y mucho. Al final estamos ante uno de estos juegos que o adoras o te resultan indiferentes, aunque la balanza puede inclinarse fácilmente hacia un lado u otro dependiendo de la creatividad y paciencia de cada uno.