Quien no haya tenido en sus manos una Nintendo DS es porque no ha querido, dado que estamos ante la consola portátil más vendida de todos los tiempos. Conocida por su gran logro de atraer al público generalista, la DS fue una consola que cuenta con un nutrido y variado catálogo capaz de contentar a todo el mundo. Y creo humildemente que esta conquista permitió que el género de la aventura conversacional volviera a tomar relevancia en el mundo de las consolas, siendo la compañía japonesa Cing uno de los referentes tanto de este género como de la aventura gráfica. Le respaldan juegos como 'Hotel Dusk: Room 215', que a muchos nos hizo girar la consola por primera vez -como si de un libro se tratara- para poder jugar, 'Another Code: Two Memories' y 'Last Window: El secreto de Cape West'.
La compañía de Fukuoka, disuelta desde 2010, supo hacer un serio aproximamiento a la audiencia adulta con estos títulos que, por supuesto, también lograron conquistar a un público más joven interesado en productos frescos y con identidad.
El regreso de Kanasaki
Puede que la compañía haya desaparecido, pero no sus creativos. El director Taisuke Kanasaki, que trabajó en los títulos recientemente mencionados, es responsable junto a Arc System Works de la nueva aventura conversacional llegada recientemente en exclusiva para la eShop de 3DS: 'Chase: Cold Case Investigations - Distant Memories'. El juego mantiene el espíritu de Hotel Dusk y Last Window, siendo una aventura policial, con detectives como protagonistas y una agradable música noir de fondo. Sin embargo, su precio, aparentemente reducido, nos alerta de varias decisiones de diseño y producción que hacen que este no sea el juego que, quienes andamos con mono de Cing, esperábamos. Y es una lástima, porque tanto la ambientación como la premisa presentada inicialmente son realmente redondas, empezando por un apartado visual que recurre al CG para dar vida y movimiento al arte de Rika Suzuki, quien ya prestó su talento para Last Window y Hotel Dusk, y una música que hace agradable la lectura de un texto que únicamente nos llega en inglés.
Nuestros protagonistas son la amable e inteligente Koto Amekura y el excéntrico y perezoso Shounosuke Nanase, carismáticos detectives encargados del departamento policial dedicado a investigar casos sin resolver. Con una presentación aderezada de un humor moderado, se nos desvela que en esta sección el aburrimiento está siempre a la orden del día y las llamadas ocasiones son, bien de personas mayores que se aburren y buscan con quien hablar, o de gente que reclama deudas inferiores a 400 yenes. Sin embargo, todo cambia cuando reciben una inesperada llamada a través de la cual una misteriosa voz les sugiere que un accidente laboral ocurrido hace cinco años fue en realidad un homicidio. No sin dudar de la veracidad de la llamada, ambos se ponen manos a la obra para realizar unas primeras comprobaciones que le llevarán a interrogar a tres principales sospechosos, así como a un menor relacionado con el caso.
Un comienzo prometedor, pero...
Al ser una aventura puramente narrativa y conversacional, todo el peso del juego recae en el texto de las conversaciones que los personajes mantienen durante el recordatorio, investigación y búsqueda de pruebas. Toda la acción se desarrolla en las oficinas de Koto y Shounosuke, prescindiéndose de momentos dedicados a la exploración y recogida de pruebas, ya que las únicas pruebas existentes para este caso son las conclusiones que el excéntrico detective saca en claro después de observar detenidamente un par de fotos con un mínimo de interacción y tras hablar con los sospechosos. Este es uno de los fallos importantes del juego, ya que los sospechosos no tardan en corregir o ampliar su argumento si el jugador, bajo la piel de detective, logra dar en el clavo a la hora de realizar duras afirmaciones contra sus respectivas personas. Todos, incluido el culpable, acceden de buen y no se resisten a contar toda al verdad si se logra descubrir qué ocultan. Es tan ficticio y poco creíble que acabamos viendo cómo se difumina parte de la atmósfera de un juego que comienza de manera genial pero que, cerca de concluir, arroja de manera abrupta una gran cantidad de detalles e información, así como una serie de sucesos irrelevantes que no aportan nada al desarrollo de la historia. La parte final demuestra, de hecho, que algo debió de ocurrir durante su desarrollo ya que el desenlace llega tan repentinamente y se dan situaciones tan absurdas -como el hecho de que el propio culpable te aporte pistas cruciales para luego sorprenderse de que le hayas pillado con las manos en la masa- que se termina por romper todo el buen hacer que en un principio se puede apreciar en el juego. Otro ejemplo sin caer en spoilers de lo desconcertante y apresurada que llega a ser la parte final lo tenemos en los dolores de cabeza que sufre en un par de ocasiones Shounosuke, una afección sin razón ni explicación alguna, así como el deus ex machina que supone la revelación de la identidad que hay tras la llamada anónima inicial que lleva a los detectives a retomar el caso.
Queda patente que mi descontento con el juego es notorio, no solo porque se cuenta con talentos capaces de ofrecer un producto mucho mejor y no una simple experiencia que dura tan solo tres horas. Tres horas que se podrían pasar por alto si la historia fuese sólida, algo que no ocurre en este caso, pues además de todo lo comentado muchas veces, a la hora de sacar conclusiones adelantadas, uno tiene la sensación de que el propio juego te está tomando el pelo. En cada momento el juego te está señalando a gritos a una persona distinta para que sospeches de ella, ya sea por su apariencia o frialdad, para luego introducir en el argumento nuevos elementos que cambian por completo y de manera brusca todo el curso de la investigación. Para colmo, cuando un personaje ya no es útil para el avance de la trama, no volvemos a saber de él, pues desaparecen literal y repentinamente, como si se los hubiera tragado la tierra. Ni una despedida cara a cara, ni una llamada telefónica, nada. Todos estos males se concentran a partir de la mitad del juego, puesto que los primeros minutos ofrecen una experiencia grata que avanza a un ritmo adecuado, capaz de aclimatar al jugador. Pero claro, este comienzo no es suficiente cuando la historia es tan breve, quedando finalmente un producto que ofrece una experiencia que no es todo lo grata que uno espera de los fundadores de Cing.
La oportunidad perdida
Además de los diálogos de conversación, el juego se detiene en ocasiones para permitirnos elegir entre varias opciones de diálogo que no son realmente difíciles de resolver. Si se falla en una, el medidor que aparece en pantalla irá descendiendo, y al llegar a cero supondrá el fin de la partida. No he tenido oportunidad de experimentar un game over, ya que las respuestas muchas veces son evidentes, y aquellas más complejas han sido precedidas segundos antes por la respuesta, que siempre viene resaltada con un color llamativo.
Finalmente, lo que tenemos es una novela gráfica digital con leves elementos de interacción, lo cual no habría estado mal de no ser por el hecho de que la historia es demasiado simple y plana, que logra cautivar en un principio gracias en gran parte a su atmósfera pero que acaba teniendo un desarrollo y desenlace abruptos. 'Chase: Cold Case Investigations - Distant Memories' nos deja tan fríos como indica su título, pues es un juego que no se sabe resolver a sí mismo y no toma en serio a un jugador que, después de tres horas de juego, ve cómo el final nos toma el pelo dejando el caso, aparentemente cerrado, nuevamente abierto recurriendo a elementos argumentales simples y manidos en este tipo de historias.