Tenemos que celebrar las colecciones de juegos clásicos que parecen perdidos en el tiempo. 'Castlevania' está viviendo unos años muy dulces en ese aspecto, pues aunque no tengamos nuevas entregas en la franquicia sí podemos revisitar sus clásicos con el trabajo que M2 está llevando para traernos ports de lujo.
Ya hemos pasado por una buena cantidad de excelentes colecciones: 'Castlevania: Anniversary Collection' para una ingente cantidad de ocho entregas de 8 y 16 bits, 'Castlevania Requiem' con dos de sus mejores juegos y sus remakes de PSP, y 'Castlevania: Advance Collection' para rematar la faena con aquellos títulos que se publicaron en la portátil de Nintendo. Poco os parecerá. Pues está claro que para Konami no era suficiente, porque se guardaban una sorpresa.
'Castlevania: Dominus Collection' es el port que muchos pedíamos y pensábamos que no podría verse hecho realidad. Las tres entregas publicadas en Nintendo DS por fin logran escapar del terreno de la doble pantalla y llegan a nosotros para plataformas de actual generación mejor que nunca. Incluso considerando los extras que podía traer aquella consola, esta se convierte en la manera definitiva de disfrutar de algunos de los mejores 'Castlevania'. A título personal de este redactor, el mejor juego de toda la franquicia está en esta colección. Con eso se dice todo.
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El primer juego de la colección está en una posición extraña. Es el último recomendado para jugar en caso de ser nuevo en la saga, y a la vez es el que peor ha envejecido de los tres por querer aprovechar las funcionalidades únicas de Nintendo DS en su día. Para hacerlo peor todavía, 'Castlevania: Dawn of Sorrow' es la secuela de una secuela: no es el territorio habitual en el que se mueve esta franquicia.
Su historia sigue los eventos de 'Castlevania: Aria of Sorrow', incluido en 'Castlevania: Advance Collection'. Está situado en el lejano futuro del año 2030 y prescinde de Drácula por completo, incluso deja de lado el clásico castillo. Sólo su introducción incluye spoilers muy grandes acerca del juego original, por lo que es conveniente pasar primero por ese título.
Una vez pasada la barrera de la secuela, 'Castlevania: Dawn of Sorrow' muestra signos de problemas con una nueva mecánica que exigía originalmente usar la pantalla táctil de la consola. En ella se debía dibujar un símbolo, algo que se complica de inmediato si se nos pide hacer con un control tradicional. La colección aborda el problema con algunas soluciones temporales, pero no puede ofrecer la experiencia original, por frustrante que fuera.
En otros apartados palidece también con respecto al resto de juegos de la colección. Su diseño está estructurado en un mapa más complicado de navegar que otras veces, con conexiones poco intuitivas y caminos poco claros para jugadores novicios. Y podemos sumar que es el primer juego de la saga con la estética anime en vez de europea, lo cual hace más extraña la transición con respecto a lo que disfrutamos en Advance.
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El premio a entrega menos conservadora de la trilogía va para 'Castlevania: Portrait of Ruin', el segundo de los juegos publicados para Nintenndo DS. En lugar de centrarse en un protagonista el título nos lleva a controlar a dos al mismo tiempo, Jonathan y Sharlotte, un guerrero con el clásico látigo en mano y una bruja perfeccionista aunque inexperimentada. Tendremos que gestionar sus dos equipamientos, habilidades y distintos modos de combate cambiando a cuál de ellos controlamos en cualquier momento, lo que despierta nuevas clases de puzles en 'Castlevania'.
Al igual que la entrega anterior, 'Castlevania: Portrait of Ruin' no se conforma con sólo tener el castillo de la saga como su escenario principal. Además de explorar este gigantesco emplazamiento también debemos adentrarnos en cuadros mágicos que nos llevarán a desiertos, circos malignos y pueblos fantasmas. Este estilo de niveles al puro estilo de 'Super Mario 64' nace por medio del antagonista principal: no Drácula, sino un vampiro nacido de los horrores de la Guerra Mundial que refleja el mal de la humanidad en su arte.
El título parece algo desconectado del resto de la franquicia, pero al avanzar en la trama descubrimos que los lazos de 'Castlevania: Portrait of Ruin' están muy ligados a los de otra entrega muy olvidada. Al igual que 'Dawn of Sorrow' toma el camino de la secuela directa y no parece querer experimentar mucho, alienándose a la estética shonen que ya comenzó su predecesora. Esto, sin embargo, cambia con el tercero de los juegos de esta colección.
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El juego que corona la trilogía es el último que salió cronológicamente, pero su importancia es tal que es el primero que se presenta al cargar menú y aquel que da nombre a toda la colección. 'Castlevania: Order of Ecclesia' es uno de los mejores juegos de todo Nintendo DS y cambió tanto la franquicia como para inspirar a que su sistema de juego y su protagonista se reflejaran en futuros títulos como 'Bloodstained: Ritual of the Moon'.
Esta aventura nos aleja de los Belmont y nos presenta a Shanoa, una guerrera como pocas que se desvive por la misteriosa organización Ecclesia durante el siglo XIX. Su cuerpo es capaz de absorber los glifos de los demonios que pueblan Europa, y con un set de estos podrá hacer frente a Drácula y destruirle para siempre: Dominus.
Shanoa no puede equiparse armas como el resto de sus compañeros. En su lugar debe adquirirlas de los glifos e invocarlas gastando su barra de magia, de la misma que requiere para invocar hechizos. Lo interesante es que esta se recupera de forma automática tras un segundo sin gastar maná, por lo que la estrategia al jugar consiste en saber equilibrar los momentos de ataque con los de esquiva. Es un equilibrio que apuesta por no lanzarnos de lleno a los enemigos sino conocer el terreno. Se refleja especialmente con las medallas, un premio opcional que cada jefe nos entregará si somos capaces de derrotarlos sin sufrir daños.
Esta aventura también se caracteriza por alejarse del castillo de Drácula, al menos por cierto tiempo. Buena parte de la historia nos anima a recorrer nuevos páramos con los alrededores de una aldea alejada de las grandes civilizaciones. Deberemos recorrer montes, mansiones abandonadas e incluso mares para reunir el Dominus y volvernos poco a poco más fuerte.
Conclusiones
'Castlevania: Dominus Collection' empieza algo flojo, pero se alza a lo más alto entre las opciones que tenemos de la franquicia gracias a dos de sus tres juegos. Además, y no mencionado durante los repasos anteriores, la colección incluye un remake exclusivo del juego arcade que quedó como exclusivo en Japón en su momento y que fue criticado como una mala entrega. Es un trato que ojalá hubiésemos recibido con algunas de las entregas que han quedado de lado en anteriores colecciones, como el decanonizado 'Castlevania Legends', pero no debemos lamentar lo que no tenemos sino aquello que se nos ofrece. Y este remake hace mucho por darnos una buena experiencia, la cual podemos alternar con la original también.
Lo que queda tras disfrutar de esta colección de juegos ya no es si veremos más recopilatorios de la franquicia: estos eran las entregas más complicadas de traer al presente, por lo que no hay razones para no ver en los próximos años un nuevo Collection con las entregas de PlayStation 2. Tal vez incluso con las de Nintendo 64. Y, ¿por qué no? Añadamos 'Castlevania Judgement', el juego de lucha de la franquicia. Es un buen momento para disfrutar la saga al completo.