PENSADA PARA ACOMPAÑARTE A TODAS PARTES

Análisis de la cámara Canon R50; nacida para la creación de contenido

Canon ha lanzado al mercado una nueva cámara pensada para todo tipo de creadores de contenido, desde quienes necesitan un buen complemento para vlogs diarios, hasta streamers.

Por Marco Gonzálvez 9 de Julio 2024 | 10:48

Hace mucho que la creación de contenido dejó de ser un trabajo o una afición para unos pocos, la mayoría de redes sociales que visitamos a diario han contribuido durante los últimos años a democratizar esta forma de compartir vivencias explorando de paso los muchos formatos y maneras de contar que ofrece el audiovisual. Con esto en mente nace la Canon R50, una cámara muy accesible pensada para quienes quieren crear contenido sin necesidad de tener conocimientos profesionales sobre fotografía o vídeo, aunque sus ventajas pueden acabar convenciendo a quienes simplemente quieren una cámara sencilla, compacta y fiable.

Una cámara para inmortalizar tus mejores momentos y tus grandes ideas

Este no es un tipo de dispositivo del que solamos hablar en Zonared y yo personalmente no soy para nada un entendido del mundo de la fotografía o siquiera de la creación de contenido. El motivo por el que acepté el ofrecimiento de Canon para probar esta cámara era ver qué puede ofrecerle a un usuario sin conocimientos sobre el audiovisual profesional, ya que uno de sus principales atractivos, según la marca, es la sencillez de uso gracias a muchas comodidades añadidas mediante software para ahorrar trabajo en edición y facilitar el trabajo de capturar grandes momentos con un buen acabado.

Lo primero que sorprende de la R50 es su reducido tamaño y peso. El cuerpo, sin objetivo, cabe en cualquier bolsillo o en cualquier bolsa de transporte que tengamos por casa sin ningún problema. Canon decidió prestarnos la cámara con un objetivo 18-150mm y eso ya dificultad un poco más el transporte. Pero para una escapada se pueden llevar perfectamente objetivo y cámara por separado en bolsillos un poco anchos de un pantalón sin necesidad de cargar con mochilas o accesorio de viaje alguno. Esto es ideal si la usamos para creación de contenido durante viajes o escapadas a la naturaleza.

A la hora de empezar a trastear con sus opciones debo decir que, de nuevo, sin ser experto en absoluto, nunca he tocado una cámara más cómoda a nivel de hardware y software. Por un lado hay que destacar su pantalla abatible, que puede rotar en todas las posiciones posibles para, coloquemos como coloquemos la cámara, siempre tengamos una referencia visual de lo que estamos enfocando. A esto se le añade que es totalmente táctil y se convierte en una herramienta poderosísima para poder capturar cualquier cosa desde cualquier ángulo. Especial mención a la opción de realizar fotos con un toque a la pantalla, ideal para hacernos selfies de calidad, algo que resultaría más complicado si tuviéramos que pulsar el botón físico, que requiere de hacer una fuerza mínima, pero suficiente como para desenfocar una foto en una postura incómoda.

Una vez dentro de la propia cámara contamos con una serie de modos clásicos, como lo son el modo totalmente manual donde controlamos cada detalle de la exposición y el enfoque para elegir exactamente cómo queremos realizar la captura. Al no ser entendido en la materia no voy a entrar a valorar lo buena o no que es la cámara para su uso profesional, hay cientos de textos y vídeos al respecto en Internet para saber esto mismo. Me interesa más valorar cómo es para mí, un usuario cualquiera, el uso de los modos automáticos, la forma más sencilla y accesible de empezar con esta cámara antes de lanzarse a aprender más sobre cómo sacarle partido.

Al ser una cámara pensada para creadores de contenido, algunos de sus modos están especialmente pensados para esto mismo. Hay modos predeterminados pensados para hacer fotografía a comida, que ya incluyen filtros y ajustes para saturar colores y hacer de los platos capturados algo más vistoso. Hay modos que aplican varios filtros de color y corrección a una sola fotografía, de modo que con un disparo obtenemos al menos cuatro resultados con acabados diferentes si no queremos perder el tiempo en edición posterior.

Aún sin todo lo anterior, el modo automático por defecto es suficiente para fotografía todoterreno, usándolo he podido realizar desde fotografía de producto para análisis de Zonared, hasta fotografías del amanecer durante las vacaciones de verano, todo con un resultado que, si no profesional, si que me ha resultado mucho más que satisfactorio. Hay que tener en cuenta que la Canon R50 está pensada para un público y un uso muy concretos, por lo que parece sacrificar cierta finura y características de las cámaras más avanzadas en pos de ofrecer cierta comodidad usando múltiples atajos.

En esta fotografía de producto sin editar de ninguna manera se puede ver el resultado del modo automático, que se puede configurar en menús para que capture el archivo RAW con la luz y los colores reales, además de una versión .JPG más adornada, que es la que puede verse aquí. La fotografía muestra colores vivos y detalles nítidos respetando las texturas de los materiales y no dejándose nada por el camino. Esto puede ser más que suficiente para quienes quieren empezar en la creación de contenido con unos resultados que pueden pasar por profesionales o, como mínimo, pueden no parecer totalmente amateurs.

Este amanecer, una fotografía muy complicada por las condiciones de luz tan específicas, no sale nada mal parado a pesar de estar tomado con un modo automático que hace lo que puede para ofrecer el mejor resultado. Mucho mejor acabado se podría conseguir con los conocimientos necesarios para hacer uso de los modos manuales y con edición posterior, sin duda, pero es un acabado fantástico para quienes simplemente buscan una captura para ilustrar un blog o compartir una historia en Instagram.

En esta captura puede verse el filtro blanco y negro que incorporá el software de la cámara y que puede darnos resultados muy interesantes. Quizás tenga más grano de lo que algunos podrían desear, pero pueden salir fotos con cierto toque artístico sin ningún esfuerzo, respetando los detalles y sin retoques no deseados que estropeen el resultado.

En este pequeño extracto de un streaming en Twitch se puede ver cómo rinde el enfoque automático usando la cámara para este fin, porque sí, se puede usar como cámara web y es realmente sencillo hacerlo, aunque no sin limitaciones. Basta con configurar en el menú de la cámara cómo queremos que esta se comporte al conectarla por USB a un PC, si elegimos que actúe como cámara en lugar de compartir archivos conseguiremos una webcam con una resolución y nitídez excelentes.

Una vez conectada tendremos la gran ventaja del enfoque automático, fantástico si hacemos retransmisiones donde queremos mostrar objetos o hacer énfasis en lugares concretos sin perder el foco. Gracias a la pantalla táctil controlar todo esto es bastante sencillo mientras estamos emitiendo. Eso sí, no podemos usar la R50 como webcam y cargarla al mismo tiempo, por lo que si queremos darle este uso de forma habitual no vamos a tener más remedio que hacernos con una dummy battery, o no tendremos más de una hora, aproximadamente, de uso para directos.

En general la Canon R50 cumple a la perfección con lo que pretende ofrecer y con las tareas para las que ha sido ideada. Por supuesto que creadores de contenido más exigentes o con mayor conocimiento encontrarán otras muchas cámaras que den mejores resultados y claro que fotografos profesionales encontrarán más limitaciones que ventajas en un producto como este, pero no parece que sean esos los tipos de usuarios que la R50 pretende atraer. Como usuario estándar puedo decir que he disfrutado de cada momento y cada uso que le he dado a la cámara, que me ha servido para querer aprender más de fotografía y conseguir cada vez mejores resultados, pero sin tener que hacer cientos de fotos horribles por el camino.