El paso de los años ha cambiado el medio que, si bien ahora es mucho más extenso y generalizado, también peca de haber abandonado ciertos conceptos en su fondo para priorizar los que ahora mueven masas. Es un hecho que se da especialmente en los juegos de puzzles, más integrados ahora en pequeñas secciones de títulos con mayor ambición que destacando por su existencia única.
Un hecho especialmente destacable con la llegada de un título como es este 'Call of the Sea' que, para más inri, nos llega de manos de Out of the Blue —desde luego, un nombre muy apropiado para hablar del título que tenemos entre manos—, un estudio nacional que se da a conocer con un primer trabajo que ha conseguido llamarnos la atención.
Y es que 'Call of the Sea' era ya un punto destacable del pasado Inside Xbox del mes de mayo, mostrando una vez más la capacidad del territorio independiente para innovar y dar vida a obras que, de otra forma, quizás no tendríamos la oportunidad de ver. Ahora, y aunque nosotros lo hemos jugado en Xbox One, el título llega a la familia de consolas de Microsoft (incluyendo sus nuevas incorporaciones, Xbox Series S y Xbox Series X), entrando por la puerta grande de su Gamepass y, a su vez, abriendo sus puertas a todos los jugadores y jugadoras de la plataforma, además de a PC.
Un viaje en el tiempo, aquellos años 30
De inicio, 'Call of the Sea' nos hace cambiar de época y nos lleva de vuelta a los años '30. Un cambio que funciona con su estilo tanto jugable como narrativo y que invita a disfrutar de una cohesión notablemente lograda. El motivo de ello es el de ponernos en la piel de Norah, una mujer que viaja hasta los confines del Pacífico Sur en busca de su marido, desaparecido en una misteriosa investigación con la que pretendía acabar con la todavía más misteriosa enfermedad que sufre la protagonista del juego.
Es un inicio cargado de intenciones, que ya desvela parte de su andadura en sus primeros minutos y nos promete una de esas aventuras que parece que el tiempo ha ido dejando en el olvido. No se tarda en reconocer los diversos tonos de "narrativa Lovecraftiana" que se hacen ver a través de la narrativa del juego y que pronto nos abandona en una supuesta isla desierta con más preguntas que respuestas y la seguridad de que estas mismas preguntas van a ser, precisamente, el eje de la aventura en la que nos introduce 'Call of the Sea'.
Una historia que se destapa con cierta facilidad —todo depende de nuestra velocidad mental a la hora de resolver los puzzles que nos propone el juego— y que no resulta ser tan original como quisiera parecer al principio pero que sigue mostrando todo su mundo con cierta peculiaridad y que, desde luego, consigue introducirnos en su mística desde el primer minuto, jugando siempre con las tensiones y secretos, tan intrínsecamente relacionados con su necesidad de hacernos avanzar por su escenario.
Una prueba de ingenio
Y es que, como os decíamos, 'Call of the Sea' tiene algo que contar pero no quita que lo haga en un espacio relativamente pequeño. Hablamos de un título modesto, que se alarga entre las dos y cuatro horas de extensión, siempre en función de nuestro ingenio y el tiempo que nos ocupe resolver cada uno de los acertijos que encontraremos a lo largo de su historia, dividida en capítulos según avanzamos en el juego.
Un título que fácilmente podremos acabar en una sola sentada pero que nos obligará a realizar diferentes paradas y muchas de las veces deberemos volver a las viejas mecánicas y sacar papel y boli para tomar nota de las pistas que hay repartidas por el mapa —el secreto se encuentra siempre en la observación— con tal de solventar cada obstáculo en el camino. Es, por supuesto, una cuestión personal pero que se impone siempre como reto, resultando una obra específicamente pensada para las seguidoras y seguidores de este género.
Una que bebe notablemente de las aventuras gráficas de los años '90 y los títulos de puzles clásicos, sin conseguir introducir nuevos elementos especialmente reseñables pero haciendo funcionar a la perfección todas sus mecánicas y, como os decíamos, suponiendo un reto destacable y que consigue funcionar con perfecta fluidez entre una y otra prueba. Un punto que destaca, de nuevo, la inexistente accesibilidad para aquellas personas que no sean dadas a este tipo de aventuras, ya que no existen pistas o ayudas para resolver sus acertijos.
Por suerte Norah, nuestra protagonista, hará uso de su diario a lo largo de todo el título, tomando nota de cuanto vemos y anotando cualquier pista que sea necesaria para resolver las pruebas. Un punto que no resta valor al reto y que, de hecho, nos obligará a permanecer constantemente con los ojos bien abiertos, pues su estilo lineal consigue que todo cuanto necesitemos se encuentre a la altura de los ojos. Sus pistas y datos necesarios para resolver cada nuevo reto se encuentran siempre en su escenario, pero nuestro ingenio será totalmente necesario para darles forma.
Un estilo mágico
Más allá de lo que suponen sus mecánicas y su apartado narrativo, lo cierto es que 'Call of the Sea' resulta un título que entra por los ojos. Con un atractivo visual que nos obliga a recordar el mismo apartado de títulos como 'Firewatch', el juego de Out of the Blue juega con una preciosa paleta de colores que da forma a su obra constantemente. Un punto muy destacable para un juego tan modesto como este y que, recordemos, ha sido desarrollado por un pequeño estudio.
No solo se hace notar en el aspecto, y es que el sonido también tiene parte de culpa de su capacidad narrativa e inmersiva. Algo que se entiende mejor con la introducción de sus líneas de doblaje, que consiguen ofrecer una nueva dimensión a su aventura. Algo más que remarcable donde, además, entra en juego Cissy Jones (a quien ya conocemos de su paso por la obra de Campo Santo), que dará vida a los pensamientos de Norah mientras avanzamos en el juego.
Una aventura clásica
En líneas generales, 'Call of the Sea' resulta ser el producto del atrevimiento a innovar en un género con pocos exponentes actuales. Un título que toma de la mano referencias clásicas de los juegos de puzles y que tiene ese sabor tan notable a aventura clásica y que se suele echar de menos en la medida del avance del medio. Una obra muy concreta que, desde luego, se encuentra enfocada a un tipo de jugador y jugadora muy concreta, pero con grandes posibilidades.
Hablamos de una obra modesta, que apenas se alarga hasta las cuatro horas de duración, pero que consigue exprimir ese tiempo con una serie de sorpresas acogedoras y unas mecánicas manidas capaces de hacernos sacar boli y libreta para resolver sus acertijos. Todo esto acompañado de un destacable apartado audiovisual, capaz de potenciar la sensación de inmersión en esta aventura tan particular que nos transportará a los años '30. Sin duda un comienzo fuerte para Out of the Blue, a quienes esperamos ver en el futuro con nuevos proyectos sobre la mesa.