Análisis de 'Call of Duty: Modern Warfare 2'; perros viejos sin trucos nuevos

Con el estreno de 'Call of Duty: Modern Warfare' en 2019 se volvió a demostrar que incluso sin todos aquellos veteranos que fundaron Respawn Entertainment en su día, el equipo de Infinity Ward es el que menos falla a la hora de manufacturar una nueva iteración de la franquicia 'Call of Duty', siendo también la firma a la que más cariño le tiene buena parte de la comunidad por haber firmado el 'Modern Warfare' original, cambiando el FPS multijugador para siempre. Ahora con 'Call of Duty: Modern Warfare 2' el estudio vuelve a poner sobre la mesa un nombre que marcó una generación. El juego homónimo de 2009 está grabado a fuego en la adolescencia de millones de jugadores y estar a la altura no es un reto fácil en absoluto.

Los héroes (y villanos) de siempre

La porción del nuevo FPS de Activision a la que hemos podido jugar estos días ha sido la del modo campaña. En el último juego de Infinity Ward ya salimos con buen sabor de boca gracias a que el estudio apostó por una fórmula conocida sazonada con un importante salto técnico y visual que le sentaba de maravilla a la saga. En esta nueva entrega de 2022 el factor sorpresa ha desaparecido y lo que nos queda es una continuación directa de aquella historia con nuevos conflictos, aliados y enemigos; sin dejar de lado, claro, a los protagonistas que ya todos conocemos.

Ghost en Modern Warfare 2

Vuelven grandes nombres como el Capitán Price, Ghost y Graves, acompañados de clásicos protagonistas como son Gaz y Soap, quienes llevan unos cuantos conflictos internacionales a sus espaldas. Que conozcamos y guardemos cierto cariño a estos nombres ya es uno de los primeros éxitos de Infinity Ward frente a otros estudios de Activision a cargo de otras sagas dentro de 'Call of Duty', pues a lo largo de los años han conseguido evolucionar a estos personajes para que consideremos importante recordar sus nombres y para que nos alegremos al volver a verlos en pantalla.

Por supuesto estos soldados no son los únicos elementos estables de la fórmula de Infinity Ward que repiten en este modo historia. Volvemos a estar ante una amenaza contra los Estados Unidos perpetrada por los enemigos de siempre: iraníes, rusos y mexicanos componen el trío de terroristas que deberemos combatir en la enésima americanada repleta de explosiones, vehículos de combate y un completo arsenal de armas de fuego de medio mundo. La buena noticia es que hay cierta sorpresa a este respecto y "los malos" no siempre vendrán de fuera de las fronteras del bando protagonista, lo que es de agradecer.

Durante las 4-5 horas que puede durarnos la campaña pasaremos por varias misiones ubicadas en localizaciones reales o ficticias de ubicaciones como México, Estados Unidos, Ámsterdam e incluso España, donde tiene lugar una misión bastante disfrutable en una isla ficticia del país.

En estas misiones hay muy pocas sorpresas. El combo clásico de infiltraciones con visión nocturna, tiroteos, persecuciones y misiones de bombardeo de zonas civiles en países extranjeros sigue más presente que nunca. A este se le suman un par de variaciones discretas como misiones donde podremos craftear algunos objetos para sobrevivir. Se agradecen las pequeñas innovaciones, pero están lejos de ser suficiente para dejar de etiquetar esta campaña como "más de lo mismo".

Campaña de 'Call of Duty: Modern Warfare 2'

Donde vuelve a brillar Infinity Ward es en las sensaciones al disparar en los tiroteos. El trabajo de animación subió considerablemente de nivel en el 'Call of Duty: Modern Warfare' de 2019 y aquí se mantienen más o menos estables con algunas mejoras que perfeccionan ese estilo de FPS arcade que por momentos parece convertirse en algo mucho más táctico gracias a animaciones mucho más naturales, realistas y pulidas que las que la saga ha tenido hasta la fecha. El trabajo de animación del estudio hace que por momentos creamos estar jugando a algo mucho más pausado y cercano al simulador como 'Escape from Tarkov' o 'Ready or Not', siguen siendo realmente buenos en este campo.

Visualmente el juego también sabe ser muy espectacular cuando se lo propone. Tan pronto nos encontramos con entornos sin demasiado encanto como se nos presenta una misión cercan al fotorrealismo. El juego destaca especialmente en este campo cuando entran en juego filtros como los de la visión nocturna, que consiguen dar la sensación de estar viendo un documental sobre fuerzas especiales cámara al hombro.

Por desgracia no todo lo técnico es digno de aplauso, pues personalmente me he encontrado al menos media docena de errores importantes durante la campaña. Algunos de los que obligan a cargar un punto de control, otros de los que obligan a cargar una misión desde cero. Esto es posible que se pula con parches cercanos al lanzamiento e incluso que no ocurra en las partidas de la mayoría de los jugadores, pero conviene comentarlo porque en ocasiones puede ser muy frustrante que una interacción se quede bloqueada o que la IA no reaccione.

Campaña de 'Call of Duty: Modern Warfare 2'

Al final la campaña de esta entrega es lo mismo de siempre. Volvemos a estar ante una atracción sobre raíles meticulosamente construida para hacernos sentir con más agencia de la que realmente tenemos sobre la acción y aun así sigue siendo absolutamente disfrutable e incluso agradecemos que siga interesando hacer este esfuerzo para sazonar un lanzamiento que atraerá la atención del 99% de sus jugadores por sus contenidos multijugador. Además el final abierto con el que cierra esta capítulo de la saga nos hace pensar que la próxima historia de Price, Ghost y compañía ya está en camino. Podemos pedirle mucho más a la campaña de estos juegos, pero que nos sirva con este "más y no demasiado mejor" es síntoma de que no se está haciendo un mal trabajo.