Lo he dicho antes y me mantengo: vivimos en la era dorada del género de los metroidvania. Gracias a la escena indie, el amor de los desarrolladores por este tipo de juegos y el regreso de la nostalgia estamos disfrutando de los mejores títulos que hemos visto de esta clase en muchísimo tiempo, puede que incluso mejor que nunca. Pero no siempre ha sido así, y a raíz de eso venimos de una época en la que el hambre por esta clase de juegos parecía insaciable. De ahí surge 'Bloodstained: Ritual of the Night': de la necesidad de una experiencia así.
Los años de desarrollo del título no han sido fáciles. El alto listón que tenía en la cabeza de muchos se vio desplomado con el resultado de otros proyectos de Kickstarter semejantes que no salieron bien parados a ojos del gran público, y las primeras demos del título, aunque divertidas, dejaron a más de uno con una sensación de insatisfacción en el apartado técnico. Así que esperamos más tiempo del que nadie esperaba, mientras obras de culto en el género como 'Hollow Knight' o 'SteamWorld Dig 2' lograban enamorar a los amantes de los metroidvanias.
Ahora que ha llegado y en este escenario tan complicado en el que resulta difícil conseguir capturar la atención de los jugadores, ¿puede 'Bloodstained: Ritual of the Night' lograr cumplir con las expectativas? Lo sorprendente es que sí.
Sangre en las paredes
Recuerdo que, cuando la campaña fue lanzada en Kickstarter, Koji Igarashi se proponía crear el mapa más grande en el que jamás hubiese trabajado. No lo veía posible: no por el hecho de diseñar o no un mapa interconectado tan grande, sino porque probablemente significaría caer en la trampa de volver a diseñar algo como el castillo de 'Castlevania: Symphony of the Night': sí, un castillo fantástico, pero que recurre en última instancia a copiar y pegar el mismo mapa para alargar la experiencia, sólo que invertido. Un movimiento así a día de hoy sería mucho más criticado de lo que fue en su momento.
Pero no, 'Bloodstained: Ritual of the Night' no cae en esa trampa. Este es el castillo más grande que jamás hayamos visitado en cualquiera de los juegos de su saga hermana y sin trampas para la mayor parte de su porcentaje. El mapa se renueva constantemente con toda clase de zonas diferentes e interconectadas de forma lógica, pasando desde los subterráneos acuáticos hasta la biblioteca mecánica. Existen zonas que están aisladas del resto de la experiencia, como el barco que nos sirve a modo de tutorial o la estación de tren, pero pueden pasarse por alto por ser ambas de una naturaleza cuya premisa se basa en medios de transporte móviles.
Es fantástico, pero no perfecto. Hay zonas del mapa que parecen añadidas en ciertas partes porque sí, porque no había otro lugar. Por ejemplo, el jardín oriental situado en la torre oeste de muy difícil acceso y en un lugar carente de sentido. Pero si hay un apartado del mapa que me duele es que algo menos de un diez por ciento cae en la trampa del reciclaje y reutiliza salas ya vistas con anterioridad, pero en un tamaño exageradamente más grande. No es copiar y pegar las mismas zonas como en el ejemplo anterior y otorgan al menos algo nuevo haciendo a los enemigos y los cofres también de mayor tamaño, pero al ser una zona puesta muy cerca del final del juego se hace incómoda. Es un mapa excelente, pero le faltaba redondear ese último aspecto para ser el mejor mapa no sólo de Igarashi, sino de todo el género.
Dentro de tus venas
Un buen diseño de niveles no sirve de mucho sin no tenemos las mecánicas adecuadas para aprovecharlo, y en este aspecto 'Bloodstained: Ritual of the Night' merece un reconocimiento a la altura. No es sólo revisitar las zonas anteriores para descubrir secretos que antes no podíamos recoger, sino que el título nos sorprende con cómo abrirnos nuevos caminos. Sí, el salto doble o la capacidad de andar bajo el agua siguen siendo una constante que se mantiene presente como en muchos otros juegos del género... Pero en el apartado de las habilidades logra tener voz propia para destacar por encima de otros.
Antes mencionaba el castillo invertido de 'Castlevania: Symphony of the Night' como un diseño vago y poco meritorio, pero Igarashi y su equipo le han dado la vuelta por completo con los poderes de Miriam. En todos los sentidos. Inspirado por aquella fase, nuestra protagonista obtiene bien avanzado la habilidad de invertir el mapa al completo y revisitar viejas zonas de una forma completamente distinta. No sólo es una genialidad que se vuelve indispensable a partir de ese momento para avanzar, sino que es una fantástica idea desde la perspectiva de los diseñadores. Es muy divertido desafiar las leyes de la gravedad y descubrir nuevos lugares de esta manera.
Y esta es sólo una de las muchas habilidades que hacen más divertida la experiencia; la favorita de este redactor, pero nada más que la punta del iceberg. Miriam puede acumular hasta cinco habilidades de distinta clase de los enemigos que derrota, lo que permite un nivel de personalización para toda clase de jugadores que se sale de la norma. Es increíble cómo podemos preparar a nuestra protagonista ideal con tantas opciones en mano, a lo que después debemos sumar el equipamiento de armas y anillos que nos dan todavía más opciones. Al final de la aventura dos jugadores podrán tener su propia interpretación de cómo funciona el sistema de combate con todas sus bendiciones.
Sedienta de más
Explorar el castillo de 'Bloodstained: Ritual of the Night' es muy satisfactorio, así como entrenar y mejorar a nuestro personaje. La sensación de descubrimiento a cada nueva zona en la que entramos es una muy agradable de sentir que imita muy bien a la de contemporáneos como 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild', y el hecho de que el juego no use marcadores ni te guíe de forma explícita hacia dónde debemos avanzar a continuación es todo un acierto para una primera partida llena de maravillas, pequeños momentos de realización y sonrisas que se nos deslizan cuando notamos algo raro con una pared que se empieza a quebrar. Si no usamos guía, la primera partida será perfectamente de entre 15-20 horas, una duración superior a la habitual en el género e ideal para este título.
Pero incluso con el juego terminado queda mucho por hacer en el juego. No sólo enfrentarnos a los siguientes modos de dificultad, sino explorar todas las zonas ocultas del castillo, enfrentarnos a los múltiples jefes opcionales, intentar completar nuestros registros de objetos y enemigos... El título está lleno de secretos y tareas secundarias que harán de la aventura una mucho más consistente con el tiempo, y todavía no ha terminado. Quedan más cosas para seguir añadiendo, como diferentes campañas con nuevos personajes jugables, el futuro modo cooperativo, mazmorra roguelike y más contenido, todo gratuito. Vamos a tener mucho de lo que disfrutar en los próximos meses, con lo que no me extrañaría que la nota final del juego creciese para muchos en un año.
Conclusiones
'Bloodstained: Ritual of the Night' tenía mucho ante lo que responder, y pese a ligeras pegas que podemos encontrar hacia el final de la aventura ha conseguido convencer a un público exigente. Es una aventura que no sólo merece la pena ser valorada como una de las mejores entradas de su género en una época en la brilla por sí sola, sino que ha conseguido que muchos volvamos a sentir la ilusión de explorar un castillo con emoción y ganas de saber más. Ha nacido una franquicia, y no puedo esperar a ver qué le depara el futuro a Koji Igarashi y su pequeño equipo tras este éxito. Su naturaleza independiente está clara en los gráficos y algunos problemas técnicos en su rendimiento, pero es la sinfonía que merecíamos. Un solitario aria por la resurrección de una gran saga.