¿Han tocado los hack 'n slash techo? Por algún motivo siento como jugador que el máximo potencial de los títulos de acción con grandes protagonistas han llegado a su límite tras años de perfeccionamiento. Desde aquí arriba no parece que ya podamos ir más arriba, y cada nuevo juego tiene que apuntar en diferentes direcciones para hacerlo único o especial. 'God of War' pasó a centrarse en la narrativa y los personajes centrales, mientras que 'Devil May Cry' ha sabido crecer gracias al uso de diferentes personajes y estilos de lucha.
Es un género que se expande, pero su techo de cristal está muy presente. Y lo extraño es que ya ha habido otro momento en el que pensé que habíamos llegado a nuestro límite, pero Platinum Games destrozó esa noción en mí con una propuesta única, atrevida, mucho más alocada de lo que habían intentado Dante o Kratos. 'Bayonetta' revolucionó y cambió los videojuegos con un antes y un después en 2009.
La brujería de Kamiya y compañía fue espectacular. El título renegó de las fórmulas narrativas de su generación, dirigió el combate hacia un baile espectacular entre jugador y enemigos y puso énfasis en cómo mantener activa siempre la acción con esquivas, combos y armas de toda clase. Los hack 'n slash revivieron y se atrevieron por un tiempo a ir mucho más allá con su experimentación. Nació una edad dorada difícil de repetir.
Trece años después aquí estamos, ante lo que parece el ocaso de esta época bendita. El género parece volver a quedarse estancado después de tocar techo repetidamente con algunas de sus mejores obras. Dante se despidió con el magnífico 'Devil May Cry 5' y Kratos cierra un importante capítulo de su saga en 'God of War: Ragnarok'. Y ahora la bruja se une a ellos. 'Bayonetta 3' es la despedida a una era que ella comenzó y termina por todo lo alto, pero sin haberse atrevido a revolucionar una vez más el escenario.
El mundo nunca es suficiente
La trama de 'Bayonetta 3' no sabe hacia dónde dirigirse, así que sigue las convenciones de muchas obras de ficción modernas: viaje al centro del multiverso. Nuestra Bayonetta ha caído frente a una amenaza creada por la mismísima humanidad que pretende reiniciar la realidad en sí misma mediante la destrucción del multiverso.
Evitar este aciago destino depende de Viola, una joven y misteriosa bruja punk que ayudará a la bruja de una dimensión paralela a viajar entre universos, enfrentarse a la nueva amenaza y reunir tanto armas como demonios diferentes para tener una oportunidad de derrotar a la mente detrás de estos desastres.
No es un secreto que la narrativa nunca ha sido el punto fuerte de 'Bayonetta'. La primera entrega la ignoraba casi por completo hasta el tramo final, y la segunda intentaba colar información y datos retroactivamente de forma tan caótica que acababa resultando confusa en el camino. 'Bayonetta 3' sigue la tendencia de hacer un mal uso de la historia, por desgracia. Las ideas que presenta podrían dar lugar a interesantes investigaciones del personaje y sus variantes multiversales, pero los aspectos en los que prefiere centrarse son desafortunados.
Al final la oportunidad de explorar el multiverso sirve sólo una función real: colocarnos en diferentes escenarios a modo de niveles y así aportar algo de variedad al título. Visitamos toda clase de localizaciones gracias a esta idea, desde Tokio moderna con sus altos edificios y luces de neón hasta la Egipto antigua de arenas brillantes y arquitecturas impresionantes. Explorar estos escenarios se hace una delicia y la visita por estos es tan corta que desearías un juego completo en cada una de las localizaciones.
Sólo se vive tres veces
Además de los niveles y escenarios por los que nos abrimos paso, 'Bayonetta 3' nos pone al alcance nuevas clases de armas muy diferentes a las pasadas. Platinum Games pone toda la carne en el asador con los estilos de combate a los que nos podemos apuntar gracias a ideas tan locas como una motosierra locomotora. Exacto: mitad tren, mitad motosierra, cien por cien sangrienta. Es un disfrute probar todas las armas y combinarlas para ver con qué combos producimos más interrupciones y daño a los enemigos.
Aunque si lo que quieres es el daño puro tendrás que aprovechar el poder de los demonios, que esta vez se ponen a favor de Bayonetta de una forma más directa. La bruja a la que controlamos puede llamar a toda una gama de terribles criaturas directas de Inferno para que combatan junto a ella, provocando enormes daños y ocupando gran parte de la pantalla. Es satisfactorio ver lo efectivos que son en nuestras batallas, pero entre la locura de los muchos enemigos en pantalla, controlar los ataques de nuestros aliados titánicos y además de todo seguir con nuestros combos con Bayonetta puede haber algo de sobresaturación en pantalla.
Hay demasiados datos a los que prestar atención en estos combates. Si los primeros juegos nos pedían un baile frenético pero bien medido, aquí nos exigen un mayor nivel de perfección a la par que rebajan la dificultad principal. La cámara puede ponerse en nuestra contra y con los problemas de rendimiento de Nintendo Switch esta puede ser una aventura que, en más de un par de ocasiones, cuesta superar con una tasa satisfactoria de fotogramas por segundo.
El mañana nunca muere
Para seguir creciendo en la concepción del multiverso que Platinum Games nos ofrece también hay una mayor variedad en la jugabilidad de antes. La exploración juega un papel más importante que antes entre combate y combate, animándonos a rejugar capítulos para descubrir sus secretos a modo de logros internos. También podemos descubrir tesoros y puzles dejando en nuestra mano el ritmo de nuestra progresión.
Junto con los múltiples niveles de dificultad esto hace 'Bayonetta 3' un juego altamente rejugable, puede que incluso más que sus dos aventuras anteriores. Descubrir todos sus secretos y lograr las puntuaciones de platino tiene su recompensa y nos animan a sacar todo el jugo que podamos al juego. Fácilmente durará 15 horas con sólo la historia, pero completarlo con sus muchos modos y extras nos puede llevar fácilmente entre 40 y 50 horas.
Además de ello los capítulos también nos invitan a cambiar un poco la jugabilidad entre verso y verso. Pasar a controlar a Viola, por ejemplo, es un cambio completo de mentalidad y de cómo enfrentarse a los combates. También están las secciones de Jeanne, pequeñas aventuras de infiltración en 2D que nos encantaría ver de forma expandida en el futuro. Y a todo esto hay que sumar las secciones extras en las que el juego cambia por completo para convertirse en un plataformas, un shooter sobre raíles y mucho más. No hay lugar al aburrimiento en ningún momento.
Conclusiones
Hay sus más y sus menos con 'Bayonetta 3'. Es un título excelente que merece disfrutarse por todos los amantes de la acción que tengan una Nintendo Switch, que no quepa duda. Pero sus intentos de crecer en contenido van a costa de su rendimiento y posibilidades, además de la excelencia y perfección con la que estaban medidos los combates de los juegos anteriores.
Es un beso de despedida a los grandes logros de Platinum Games. 'Bayonetta' puede seguir sacando entregas y ampliar su universo, pero no puede crecer a más sin cambiar por completo. Ya revolucionó el género una vez: ¿necesita volver a hacerlo?