Visceral Games se ha encontrado un gran desafío (también se podría decir un marrón) con 'Battlefield Hardline'. Seguramente la misión de este juego sería la de ofrecer una perspectiva diferente de la franquicia, atraer jugadores que busquen una fórmula más rápida de lo habitual, paliar la espera hasta una quinta entega numerada... Pero de buenas a primeras, a esta gente se le presenta un reto aún mayor: recuperar la fe de la comunidad en la marca, una fe que se fue perdiendo a causa de una serie de circunstancias que se produjeron tras el lanzamiento de 'Battlefield 4', y cuyo mal funcionamiento del juego online solo fue el principio. Ellos, que no tenían absolutamente ninguna experiencia en FPS aunque sí en juegos de acción (el insulso 'Army of Two: The Devil's Cartel'), eran quienes debían mantener en pie una franquicia con 13 años a sus espaldas.
Ya antes del lanzamiento del juego demostraron un gran empeño por lanzar un producto sin fisuras: una primera prueba beta cerrada en junio, para mostrar a los jugadores cuál era su idea y saber qué podían cambiar para mejorarla, y una segunda hace aproximadamente un mes para testear el aguante de los servidores. Aunque mucha gente esté en contra de este tipo de pruebas, por considerarnos betatesters sin ningún tipo de remuneración, nos guste o no, a día de hoy son imprescindibles. Ahí están los casos de 'Driveclub' o 'Halo: The Master Chief Collection', con los que se pensó que no harían falta y... Pero Visceral Games no ha arriesgado lo más mínimo, y eso se ha notado, con un juego al que se le podrán reprochar ciertos aspectos, pero no su rendimiento.
Otra de las cosas que son irreprochables es su campaña individual, no porque sea maravillosa, sino porque mejora con creces lo visto en las dos últimas entregas. Tampoco era muy difícil, pero la historia de Nick Mendoza, siendo la típica de buenos no tan buenos, malos no tan malos y polis corruptos y gozando de un final bastante típico, logra enganchar gracias a la puesta en escena, personajes secundarios de cierto carisma, y el clásico final de capítulo que deja con ganas de saber qué ocurre a continuación. Pero donde más ha progresado el modo para un jugador es en sus mecánicas.
La campaña de 'Battlefield Hardline' ya no es el pseudo-shooter sobre raíles al que estábamos acostumbrados. Esta vez incluso hay momentos, bastante frecuentes, en los que presentándose ante nosotros un escenario medianamente abierto, se nos da libertad total a la hora de resolver la situación: o como un elefante en una cacharrería, disparando a todo lo que se mueva, o de manera sigilosa. Paradójicamente, este segundo camino no solo es el más satisfactorio, sino que es el que otorga mayores recompensas, en forma de puntos, que a su vez, hacen que aumente el rango de experto. A la hora de plantear estas situaciones, 'Hardline' bebe claramente de lo visto en 'Far Cry', con mecánicas como despistar a los enemigos tirando casquillos de bala, un semicírculo que marca su nivel de atención, etc... Dejando eufemismos aparte, podría decir que lo copia directamente, pero nunca he criticado que se copien mecánicas ya vistas si esto sirve para mejorar, y no lo voy a hacer ahora tampoco.
Lamentablemente, a esto, y a la gran idea que es la posibilidad de arrestar a los enemigos o noquearlos con derribos no letales, también se suma una IA incomprensible. Los enemigos no tienen visión periférica, básicamente, lo que quiere decir que si hay dos teniendo una conversación sobre el último partido de los Dolphins, con acercarnos por uno de los lados es suficiente para apuntarlos y dejarlos a nuestra merced. Así se puede someter hasta a tres de ellos, con el detalle de que si dejamos de apuntar a alguno de ellos, llegará un momento en que vuelva a levantar su arma y se monte un tiroteo. Por qué tres maleantes armados con AK-47 se rendirían ante un tío con una pistola con silenciador es algo que me sigue sorprendiendo, pero el caso es que este sistema está desarrollado así y a pesar de tener fallos evidentes, termina convenciendo.
Hay otros añadidos que fomentan la rejugabilidad, o simplemente, el jugar de manera casi perfecta, como coleccionables en forma de pruebas, individuos en busca y captura a los que arrestar dará más puntos de lo normal, etc... Siendo un punto a favor, lo sería aún más si no fuera porque aún en el modo de dificultad más alto disponible desde el principio no es nada difícil llegar al nivel 15 de experto, el máximo, a poco que se sea un poco ducho en esto de los juegos de sigilo.
Sí, algunas mecánicas de la campaña son erráticas, pero maldita sea, esta gente ha intentado hacer algo más que un pasillo de 6 horas y una historia con personajes los cuales no me importa un pimiento si viven o mueren, así que bien por ellos. Al fin y al cabo, tengamos buena fe, puede que tanto Activision como EA se estén empezando a molestar en ofrecer al jugador de shooters bélicos un modo para un jugador que sea algo más que un mero tutorial a la hora de meterse en las refriegas en línea. Definitivamente, la historia de 'Battlefield Hardline' no va a pasar a los anales, pero es divertida, engancha, y deja la sensación de que es algo más que un simple añadido con tal de no recibir las críticas que sí recibieron 'Titanfall' o 'Evolve' por carecer de ella.
Pero donde vive y muere el género es en el multijugador. 'Battlefield 4' me pareció un gran juego, pero había algo a lo que no terminé de acostumbrarme: dejarme un cargador entero en un enemigo, que no muriera, verle sacar su pistola y acaba conmigo de un miserable disparo. Llamadme raro. El caso es que el código de red fallaba más que una escopeta de feria, y eso era realmente frustrante, así que tenía miedo de encontrarme algo parecido aquí. Afortunadamente no ha sido el caso, porque además de eso, el matchmaking funciona genial a día de hoy, tardando entre 2 y 3 segundos en encontrar una partida, y donde solo en momentos muy, muy puntuales hace acto de presencia algo de lag, pero insisto, puntuales.
Dicho esto, también debería funcionar en los modos de juego, y esta ambientación da más pie a innovar que la clásica belicista. Y de hecho, lo consigue. Los modos clásicos Conquista (Grande y Pequeña) y Todos contra Todos por Equipos siguen estando presentes, y aunque en el caso del primero no sea así (seguramente por estar fuera de contexto y por la poca importancia de los vehículos), sí mejora en el segundo. De momento, el número de jugadores totales pasa de 32 a 64, con lo que gana en extensión de terreno y como consecuencia de ello, que el asunto no se convierta en morir cada tres segundos. El problema es que los puntos de respawn son un despropósito y nos dejan vendidos cada dos por tres, reapareciendo cerca de un grupo de tres o cuatro enemigos y asegurándonos la muerte ipso facto. Problema que, todo hay que decirlo, va camino de solucionarse mediante un parche que también balanceará varias armas. Así se va cuidando un juego.
Pero donde 'Battlefield Hardline' realmente lo parte es en los nuevos modos incluidos, en concreto tres de ellos: Puente, Atraco y Dinero Sangriento. El primero de ellos consiste en una especie de Conquista donde los vehículos son los puntos a dominar y esto solo se consigue alcanzando la máxima velocidad. Realmente es un modo donde no cuesta apenas hacer puntos, y en el cual, y al contrario de lo que pensaba al principio, todas las clases tiene su función. El punto negativo reside en el hecho de que a la larga puede limitarse a dar vueltas en círculo y terminar siendo algo repetitivo, pero una de las virtudes de este juego está en dar libertad al jugador en cómo quiere encarar cada modo, y este no es la excepción: como Mecánico, repara vehículos con las herramientas y destroza los rivales con el RPG; como Especialista, destrózalos con cargas explosivas; como Profesional, encárgate desde lejos de los pobres infelices que campan a pie por el terreno...
Todos conocemos Atraco, ya que estaba presente en la beta, y donde el equipo de criminales tratará de hacerse con un botín mientras los policías intentan evitarlo, siendo algo muy dinámico y estratégico. Pero amigos, luego está Dinero Sangriento, que directamente es la releche. No deja de ser una reinvención de Captura la Bandera con un puñado de dinero en medio del mapa, dos bases y dos equipos enfrentándose por los billetes, pero lo divertido que es no tiene nombre. Arriesgarse a ir directo a por el dinero, esperar agazapado a algún incauto que deje lo recaudado en su base, matarlo y quedártelo, morir y perderlo todo, ir agazapado a la base enemiga y robarlo directamente de allí... La variedad de situaciones y perrerías que se pueden hacer es tal que no cabe calificar este modo de otra manera que no sea como algo absolutamente divertidísimo.
La oferta de novedades se completa con Rescate y Punto de Mira, que se componen de varias rondas y carecen de respawn, así que la estrategia y la comunicación es fundamental. Lo es la cooperación en general, en todos ellos, pero no es algo imprescindible: cooperar no significa que obligatoriamente tengas que juntarte con cuatro amigos, formar una patrulla y actuar al unísono, no. El jugador de 'Battlefield' sabe lo que tiene que hacer para ganar, y es jugar de manera coherente respecto al resto de compañeros, con lo que hacerse el lobo solitario no tiene ningún sentido, pero quien no tenga amigos con quien jugar lo podrá disfrutar igualmente.
Too esto se desarrolla en unos mapas especialmente diseñados para la ocasión y con el fin de explotar al máximo las peculiaridades de cada modo y también algunas de las novedades, como el garfio o la tirolina. La única pega en este sentido puede ser el desaprovechamiento del Levolution, que en 'Battlefield 4' nos dejaba momentazos como el barco varado de Tifón en Paracelso, mientras que aquí se limita a tormentas de arena o pequeñas casas venidas abajo. En general no es tan espectacular, pero la ambientación policiaca da menos pie a ello, la verdad sea dicha.
Donde 'Battlefield Hardline' vuelve a acertar también es en el sistema de progresión. Ya no se desbloquean las armas y gagdets según subimos de nivel, sino que solo la posibilidad de comprarlo con el dinero que se consigue cumpliendo misiones, robándolo en Atraco o Dinero Sangriento, conduciendo en Puente, etc... Esto no hace más que fomentar la versatilidad y dar menos importancia a la especialización, lo que a la larga, otorga variedad a la propuesta. Y qué demonios, le aporta ese punto de riesgo que supone comprar un arma con el que después no estás contento. No importa lo bueno que seas ni el nivel que tengas, siempre hay un aliciente para seguir jugando.
En general, se puede decir que cuanto más arriesga Visceral Games, más acierta, con lo que queda ese pequeño sabor agridulce de que ojalá se pudieran haber tirado más a la piscina. El multijugador es tremendamente satisfactorio, y no deja la sensación de estar jugando a un 'Battlefield' más, pero probablemente veamos mayores cambios conforme vaya llegando el correspondiente contenido descargable.
Visceral Games ha cumplido con creces
El llamarse 'Battlefield Hardline' no le hace tanto favor a este juego como parece. Personalmente, de tan hastiado que terminé de 'Battlefield 4', lo único que sentía ante él es pereza. El problema de la cuarta entrega numerada no era que tardara meses en funcionar (que sí era un problema, y no baladí precisamente), sino que era exactamente lo mismo que 'Battlefield 3'. Mapas más grandes, más jugadores, todo más, más, más... pero no mejor o diferente. 'Battlefield Hardline' no es necesariamente mejor, depende del gusto de cada uno, pero sí es distinto. Visceral Games ha conseguido encontrar el punto ideal en que nadie les va a acusar de no respetar la esencia de la franquicia, y al mismo tiempo, haber sabido incluir los suficientes añadidos para que se sienta como algo novedoso, aunque me hubiera gustado una propuesta aún más arriesgada. Dicho esto, siempre cabe la duda de si el riesgo que han tomado es el que han querido o el que les han dejado desde arriba, ya que seguramente esta marca no estuviera en el momento ideal para hacer experimentos.
Pero los cambios que han implementado los creadores de 'Dead Space' o 'Dante's Inferno', por ejemplo, han sido todos para bien, aunque algunos fallen a la hora de ejecutarse, sobre todo en la campaña individual. Pero donde se la juega el género es en el multijugador, y realmente han conseguido añadir unos modos de juego frescos, perfectamente acoplados a la ambientación criminal y tremendamente divertidos, mientras que curiosamente, es en los modos clásicos donde se nota una propuesta más anodina, más conservadora. Tal vez 'Battlefield Hardline' no sea suficiente para recuperar el prestigio perdido, pero ha terminado siendo un producto limpio, sin impurezas en el online, convincente para el jugador veterano, agradecido para el novato... Como es habitual en estos casos, del venidero contenido descargable depende que la comunidad se mantenga y no me cabe duda de que así será, porque la lección que aprendieron tanto EA como DICE con 'Battlefield 4' es tan valiosa que son conscientes de que no se puede repetir: hay que escuchar al jugador. Visceral lo está haciendo, así que cabe esperar un producto aún mejor en el futuro.