El cielo parece tranquilo, pero una nave interrumpe entre las estrellas. Lo siguiente que veremos será un suave aterrizaje en un planeta desconocido y prácticamente vacío. Listo para empezar una nueva vida en él y con muchas posibilidades que aún no podemos ni imaginar. Pero antes de nada, toca elegir el lugar idóneo para empezar nuestra nueva civilización, ya sea para una granja, maquinaria o un nuevo hogar.
Puede que a simple vista parezca otro juego de simulación de granja o de vida. Puede también que recuerde ligeramente a otros títulos como 'Harvest Moon' o incluso 'Animal Crossing'. Un mundo y muchas tareas por realizar para darle forma, algo sencillo de entender a simple vista. Pero esa idea se queda en una primera impresión, ya que esta aventura va un paso más allá del típico juego de vida en la granja, de talar árboles o de recolectar cualquier tipo de material para hacer diferentes construcciones.
Un mundo programado
La elección del lugar donde empezar esta nueva vida, es sencilla, pero clave para el desarrollo de la misma. Tenemos libertad para decidir dónde empezar la civilización en función de los recursos de cada espacio. Al llegar, contaremos con apenas un puñado de palos, las particularidades propias de la naturaleza y grandes lugares por descubrir. Toca empezar nosotros mismo con lo básico, usando palos y piedras para hacer nosotros mismos algunas herramientas y fabricando cajas o palés para poder almacenar los materiales. Nuestro tiempo es infinito, los días van pasando con rapidez, pero no tenemos prisa ninguna para disfrutar de él.
A partir de aquí es donde podemos decir con seguridad que empieza nuestra aventura. En el primer modo de juego que encontramos, el Modo Campaña, tenemos una serie de objetivos. Esto es perfecto para poder guiar nuestros pasos y no tener esa sensación de no saber por dónde seguir investigando o cuál de los múltiples objetos construir primero. Para ello, contamos con varios retos compuestos por diferentes objetivos, cada uno con una temática y que servirá a modo de tutorial. Podremos talar árboles para conseguir madera de distintos tipos, picar grandes piedras o incluso construir bots.
Los recursos que hay en nuestra zona pueden escasear. Los árboles, por ejemplo, al talarlos desaparecen como es habitual pero con plantar nuevas semillas, está solucionado. Aunque eso no pasa con todos, así que más de una vez tocará dejar a los bots haciendo su trabajo y dedicarnos a explorar el gran mapa que nos rodea. Algunos cultivos, más rocas o animales nos esperan. En este sentido resulta, sin duda, una aventura muy completa y capaz de aportar horas y horas de exploración, sin límite de tiempo. Aunque la parte negativa es que para encontrar algunos materiales debemos explorar a conciencia cada rincón del terreno y nuestro personaje no es muy veloz.
La magia de los bots
Pero hay algo especial en 'Autonauts' que hace que sea diferente y original. Al contrario que en la mayoría de juegos de este estilo, aquí el objetivo no consiste en construir una gran granja o un pueblo perfecto. No tendremos que limpiar cada rincón del planeta o preocuparnos de hacer amigos. Todo va un poco más lejos de lo esperado. Al poco de avanzar en la aventura, contaremos ya con algunos bots preparados para ser de gran ayuda en esas tareas tan pesadas que nadie quiere hacer. ¿Para qué hacerlo nosotros, si un robot puede encargarse de ello?
Así pues, el objetivo principal por el momento es crear bots y programarlos para hacer todo el trabajo mientras nosotros tan solo debemos vigilar que se cumplan nuestros deseos. Y que no se queden sin batería en medio del trabajo por supuesto. Pero programarlos no será una tarea tan sencilla como dar una orden y esperar sentados. Deberemos enseñarle al bot cómo hacer cada acción y mostrarle la secuencia completa, de principio a fin. No vale con pedirle que vaya a buscar tablones de madera por el mundo, ya que la zona en la que trabajará será bastante pequeña en proporción. Por otro lado, optimizar la lista de tareas puede resultar complejo y no siempre una máquina las hará con la misma facilidad que un humano. Dependerá en gran medida de nuestra habilidad para dirigir a un gran equipo de bots.
En este punto cabe decir que la aventura se vuelve mucho más entretenida y aumenta el reto, pero a la vez podemos ver algún problema con los bots. No siempre cumplen las órdenes a la perfección o actúan justo donde se lo hemos pedido. En parte por error humano y en parte por algún problema con el propio juego. Sea como sea, hacer grandes cadenas de órdenes será complicado y cada poco tiempo se quedarán sin energía, además de tener en cuenta que su velocidad, al igual que la nuestra, es bastante limitada. Aunque con el paso de las horas dedicadas podremos mejorar piezas del robot para hacerlos más eficaces, dando un punto de fluidez.
Un lienzo en blanco
En el modo principal de juego todo funciona con los objetivos; a medida que avanzamos y cumplimos determinados requisitos, desbloquearemos nuevas funciones y objetos con los que seguir colonizando. Las posibilidades que nos dan son infinitas, empezando por tareas sencillas como conseguir madera para crear cajas hasta una canoa para surcar los mares. El reto se vuelve cada vez más complicado cuando aparecen mejoras para los bots o incluso otros colonizadores que debemos cuidar dándoles un hogar y algo de comer. No hay prácticamente nada que no esté contemplado a medida que progresemos en la historia.
Pero si queremos construir una auténtica ciudad rápidamente haciendo solo lo que más nos interese, desde Denki nos ofrecen dos posibilidades más. El Modo Libre y el Modo Creatividad. En el primero tendremos todo desbloqueado listo para construir cuando tengamos los materiales, manteniendo un poco el reto. Y si queremos dar rienda suelta a nuestra imaginación y lanzarnos a la aventura de construir sin límites, el Modo Creativo hace construcciones al instante. Estos dos modos son un gran acierto en todos los sentidos para poder crear una gran civilización sin impedimentos. Eso sí, mejor tener cierta experiencia para poder saber como usar cada objeto.
Por lo que hace a las construcciones de muros o vallas puede ser un poco confusa y no ser tan fluida como debería. Tampoco hay tantas opciones como nos gustaría pero más que suficientes para la simpleza que nos piden. Algunas puertas, un arco y un par de ventanas, no necesitamos mucho más. De la misma manera que podemos crear algunos atuendos especiales para nuestro personaje, incluido un traje de un gran héroe o del fontanero más famoso de Nintendo.
Colonización completada
Cuando empiezas con 'Autonauts', crees que se trata de un juego con gráficos entrañables y con una estructura bastante simplificada. Pero nada más lejos de la realidad. Los días van pasando y cada vez que desbloqueas un objeto nuevo la dificultad aumenta. Pasas de estar recogiendo tablones en un pequeño bosque a dirigir varios equipos de más de cincuenta bots en pocas horas mientras empiezas la construcción de edificios para tener a otros colonizadores satisfechos y con las necesidades básicas cubiertas. La parte positiva es que pese a resultar muy complejo e incluso algo obtuso en algunos puntos, cuenta con un tutorial que nos ayudará a entender su funcionamiento.
De la misma manera que podemos encontrar algún pequeño fallo en su funcionamiento y que la fase de exploración puede resultar pesada debido a la velocidad de nuestro personaje, también forma parte del encanto del juego. Ir descubriendo poco a poco cada rincón y construir de la nada una gran civilización con calles, edificios, algún huerto y unos cuantos animales que cuidar. Una apuesta arriesgada y con tantas opciones que es prácticamente imposible explorarlas todas.