El 25 de Noviembre 2014 | 07:50
A estas alturas, si te interesaba, ya habrás leído unos cinco o seis análisis de 'Assassin's Creed Unity', y seguramente, la conclusión que hayas sacado es que es un completo desastre y es más, haya terminado por dejar tu lista de deseos para esta poblada época otoñal. Esta moda de preocuparse por unos píxeles de más y de crear vídeos recopilatorios de errores en lugar de aciertos, además de la tendencia gafapaster de la prensa de vapulear franquicias de éxito comercial, han llevado a la comunidad a una opinión equivocada sobre este juego. La animadversión hacia Ubisoft (excepto cuando sacan cosas como 'Child of Light' o 'Valiant Hearts', que en esos casos son los mejores) ha hecho el resto. Si eres de los que acerca la cara a diez centímetros de la tele para contar píxeles no sigas leyendo. Este análisis no es para ti porque no voy a hablar de bugs, caídas de framerate, ni resoluciones capadas: voy a hacerlo de un juego largo, divertido y al contrario de lo que muchos dicen por ahí, bellísimo.
París, una ciudad en la que perderse y disfrutar
A lo largo de los últimos años hemos visto ciudades de todo tipo en el género sandbox, muchas de ellas magníficas, pero absolutamente ninguna puede presumir de lo que puede hacerlo la ciudad de París que han creado en Ubisoft Montreal: que te olvides de que existe la opción de viaje rápido, incluso en ocasiones, el parkour o el botón de esprintar. Realmente es un placer simplemente andar por las calles de París sin rumbo o destino fijo, simplemente contemplar el detalle, la magnificencia de los edificios más emblemáticos, como la Catedral de Notre Dame o el Palacio de Versalles, o la muchedumbre haciendo todo tipo de cosas: peleándose, protestando, emborrachándose, ondeando banderas francesas... A lo que hay que añadir más presencia que nunca de interiores en los que explorar o esconderse, también magnificamente diseñados, y las laberínticas catacumbas. París podría distribuirse en dos zonas, divididas por el río Sena: la zona norte, donde comienza la aventura y epicentro de la Revolución Francesa; y la zona sur, donde la dificultad general del juego aumenta, y donde barrios como Luxemburgo o Saint Lambert le dan un aspecto más rural. En definitiva, no son pocas las ocasiones en las que desde un lugar elevado te paras a contemplar los horizontes y te das cuenta de la grandeza de esta creación: probablemente la ciudad más ambiciosa jamás creada en un videojuego, tal vez no en cuanto a tamaño pero sí en cuanto a detalle y belleza.
Pero 'Assassin's Creed' es una franquicia con sus peculiaridades, y no vale solo con crear una ciudad magnífica: tiene que ser aprovechada por el personaje y sus habilidades, y en ese sentido, también se ha hecho un gran trabajo, lo que unido a una buena cantidad de nuevas animaciones hacen del parkour algo mucho más fluido que nunca, aunque siga arrastrándose un defecto de entregas anteriores: que las acciones de esprintar y escalar estén situadas en el mismo botón sigue dando lugar a situaciones en las que, ante tanto elemento del entorno con el que interactuar, Arno termine subido a unos barriles o en un puesto de fruta cuando nosotros solo queríamos correr. Para entregas venideras, Ubisoft debe buscar una alternativa a este sistema de control.
A quien acompañamos en esta aventura es Arno Dorian, un personaje que recuerda en su carácter a Ezio Auditore. Después del muy decepcionante Connor y el demasiado golfo Edward Kenway, volvemos a descubrir un protagonista arrogante y pícaro en su juventud, pero cuya motivación para unirse a los asesinos es prácticamente la misma que la del resto. Sus inicios en La Hermandad comienzan en la prisión de la Bastilla, durante cuya toma consigue fugarse, y que por desgracia, es uno de los pocas referencias claras a sucesos verdaderamente relevantes dentro del contexto de la Revolución Francesa, aparte de personajes como Robespierre, el Marqués de Sade... Muchos aficionados a esta franquicia llevamos tiempo reclamando esta ambientación, que encaja perfectamente en su fórmula jugable y argumental, pero queda la sensación de que ni acontecimientos ni personajes célebres de la época han sido aprovechados al 100%. De todas formas, da gusto ver como pasamos de ambientaciones tan insulsas y carentes de carisma como las de las dos anteriores entregas a una que además, guarda cierta similitud en sus causas con lo que ahora estamos viviendo en nuestro país.
Por primera vez en la franquicia, vemos unas posibilidades de personalización bastante importantes. Solo el color del atuendo será algo meramente estético, ya que cada prenda de ropa que elijamos otorga mayor salud, habilidad para combatir cuerpo a cuerpo o a distancia o capacidad de sigilo. También las armas tienen sus propios parámetros, pudiendo elegir entre armas de una mano, armas largas, pistolas, rifles, etc... Tanto la ropa como el arsenal de Arno es mejorable, dando lugar a algo inédito en un 'Assassin's Creed'. También es posible mejorar las habilidades de Arno, distribuidas entre Cuerpo a cuerpo, A distancia, Sigilo y Salud. También una buena manera de personalizar la experiencia de cada jugador, dependiendo de su estilo de asesino.
Y por fin, una evolución
'Assassin's Creed Unity' presenta un cambio a mejor de algunos defectos que se llevan arrastrando en la franquicia durante años y que parece mentira que nadie se diera cuenta de lo fácil que habría sido solucionar algunos de ellos. Para empezar el combate, más fluido y desafiante, no solo gracias a nuevas animaciones, sino a una barra de vida sobre cada enemigo que se torna en amarillo cuando están a punto de atacar y que será nuestro momento de bloquear y contraatacar. Sigue existiendo la presencia de rivales que "esperan su turno" para atacar, cosa que no ocurre, por ejemplo, en "Batman Arkham", pero eso no quiere decir que no sea difícil combatir, y es que hay determinadas estocadas que si no bloqueamos correctamente, terminarán con la espada enemiga clavada en nuestro estómago y siendo desincronizados, o lo que viene a ser lo mismo, muertos. Cosa que también puede ocurrir si recibimos un disparo a una distancia de unos cuatro o cinco metros, de lo que concluimos en el segundo defecto corregido en 'Unity': la escasa dificultad del combate.
Este combate más desafiante desemboca en una consecuencia aún más interesante y positiva, y es la mayor importancia concedida al sigilo. Evidentemente, si luchar es más complicado que nunca, nuestra primera opción siempre será intentar pasar desapercibidos, y a los recursos habituales, se suma uno para el que sorprendentemente hayan tenido que pasar seis entregas para ser implementado: la opción de usar coberturas, con unas mecánicas similares a las vistas en 'Splinter Cell: Blacklist'. A las diferentes opciones para asesinar permaneciendo ocultos que hemos visto siempre, hay que sumar la hoja fantasma, una especie de ballesta acoplada al brazalete que añade la posibilidad de matar en silencio y a distancia. Sin duda, un gran añadido ante la mayor cantidad de guardias y enemigos en general en este juego.
De nuevo, nos volvemos a encontrar con un título con muchísimas cosas que hacer, y al que seguiremos dando vueltas una vez terminada la campaña principal. Además de las misiones de la historia, tenemos con un gran número de secundarias que para lo que es costumbre en el género, no resultan ser repetitivas, gracias sobre todo a su diferente estructura, y a una mayor libertad concedida al jugador a la hora de llevarse a cabo. Historias de París, Enigmas de Nostradamus (basados en el entorno, similares a los de Enigma en 'Batman: Arkham Asylum'), Distorsiones Helix y los ya clásicos coleccionables nos tendrán ocupados durante mucho, mucho tiempo, aparte de la principal novedad: las misiones cooperativas. Aunque es posible encontrar alguna de escaso interés, generalmente son relevantes en cuanto a historia, presentando alguna incluso a personajes importantes como Robespierre, y que como siempre en estos casos, se disfrutan más con amigos, ya que obviamente, la coordinación siempre es más sencilla de alcanzar que con un desconocido al que se nos haya asignado por matchmaking. Son misiones que de hacerlas en solitario serían especialmente difíciles y donde si bien no es imprescindible, la cooperación sí es básica en acciones como separarse para buscar rutas alternativas, reanimar a un compañero caído... Aún así, tiene algún fallo de concepto, como que al ser descubierto uno de los jugadores, el resto también pasa a estado de "descubierto", lo que evidentemente es injusto.
El origen de la polémica
Vaya por delante que este análisis ha sido habiendo jugado la mayor parte del tiempo con dos parches incorporados al juego. El día de su lanzamiento europeo, el pasado 13 de noviembre, sufría de cierto popping en NPCs, algún bug que para nada empaña la experiencia y bajones de framerate graves, pero muy, muy puntuales. A fecha de publicación de este texto, la mayor parte de esos defectos han sido corregidos, viendo como mucho caídas en la tasa de frames, mucho menos importantes que en sus primeros días en el mercado. Si obviamos esos defectos, ya solventados, nos encontramos con un juego que aún sin explotar toda la potencia que se presupone a las nuevas consolas, luce un buen nivel visual, sobre todo en cuanto a detalle en los escenarios y zonas concretas realmente concurridas de personajes.
A nivel sonoro lo que más sobresale es el doblaje de la mayoría de personajes principales (excepto, por desgracia, Napoleón), con muy buenas interpretaciones, lo que unido a las voces que escucharemos en todo momento mientras paseemos por las calles de París, en francés, otorgan al juego un plus en una ya de por sí gran ambientación. La banda sonora, a pesar de tener piezas interesantes, la mayor parte del tiempo pasa desapercibida, ante el mayor énfasis que se le hace a esas voces o a los efectos de sonido. Una pequeña lástima.
En definitiva, 'Assassin's Creed Unity' ha sido un juego excesivamente castigado, seguramente resultado de los millones de ojos puestos en él cuando pertenece a una franquicia de tanto éxito, y a la que se le supone que al ser de cadencia anual, ni lleva el trabajo ni los cambios suficientes para justificar su lanzamiento cada otoño. Pero no nos engañemos, en Ubisoft Montreal han realizado una labor digna de elogio, otra cosa es que un señor de traje y corbata decidiera que ya era suficiente, que no podía permitirse demorarse más en el tiempo y que con un par de parches la cosa quedaría arreglada. Ubisoft debe plantearse desde ya mismo el dedicar a varios estudios el desarrollo de 'Assassin's Creed', para que no vuelva a repetirse un desastre como el del primer día y no dar lugar a esas voces críticas que acusan a esta franquicia de fatiga, desgaste o nula innovación entre entregas. Aún así, insisto, estamos hablando de un juego magnífico y perfectamente disfrutable en el momento en que estéis leyendo este texto. Eso sí, previa instalación de alguna que otra actualización...
Lo mejor:
- Parkour y combate más pulidos. - Arno: por fin un protagonista a la altura de Ezio, con muchas posibilidades de personalización - Decenas y decenas de misiones, sin sentirse repetitivas. - Aumento general de la dificultad respecto a anteriores entregas. - Mecánicas de sigilo más depuradas, cobra más importancia que nunca. -París, mon amour
Lo peor:
- Han hecho falta varios parches de casi un giga cada uno para que funcione en condiciones. - El contexto de la Revolución Francesa queda en segundo plano. - Usar el mismo botón para esprintar y hacer parkour sigue dando lugar a situaciones frustrantes. - Tener que echar mano de la app y Uplay para sacarle el máximo partido.