El 9 de April 2025 | 09:00
En la que sin duda es la época más convulsa y de mayor incertidumbre en el complejísimo entramado de estudio que conforma Ubisoft, la compañía ha puesto buena parte de sus esfuerzos y esperanzas de futuro en uno de los videojuegos que más han pedido los jugadores durante la última década, siendo 'Assassin's Creed Shadows' la esperadísima llegada de la franquicia estrella de Ubisoft a Japón.
Los caminos de la venganza
Los meses previos al estreno del juego no estuvieron exentos de la expectación y las polémicas que suelen acompañar a casi cualquier lanzamiento de Ubisoft, siendo uno de los dos protagonistas de esta nueva historia el blanco de la mayoría de críticas. La decisión de contar la historia de Yasuke, un samurái africano que sirvió a las órdenes de Oda Nobunaga, no gustó a quienes tienen la palabra woke lista para ser usada a la más mínima discordancia entre lo que una obra cultural propone y sus inquebrantables creencias.
Por suerte Yasuke resulta ser un fantástico personaje en esta historia, la cual se completa con Naoe, una shinobi a la que le arrebatan todo lo que tiene tras un encontronazo con una sociedad secreta que parece ir tras un artefacto que sirve como lazo para casar esta historia de mediados del Siglo XVI en Japón con la historia que atraviesa la saga 'Assassin's Creed', donde elementos como el Fruto del Edén y la Hermandad de Los Asesinos son cruciales.

Las personalidades de ambos protagonistas se alinean a la perfección con el interés que han tenido los desarrolladores del juego en hacer de Japón, su historia, sus tradiciones y sus habitantes el eje principal de toda la obra. Es fácil encontrarse tras un buen puñado de horas de juego con la sensación de que la parte jugable se vuelve innecesariamente repetitiva, que la falta de variedad en lo puramente mecánico puede llegar a aburrir y que el mayor incentivo para seguir avanzando a través del juego son sus fascinantes escenarios, su espectacular acabado técnico y la atención al detalle que tiene todo lo que sirve de contexto para las actividades principales.
Como sucedía en la mayor parte de las horas de juego de 'Assassin's Creed Valhalla', realizar algunas tareas secundarias, pasear, explorar y experimentar con lo que ofrecen los márgenes de la obra a menudo resulta más reconfortante y satisfactorio que lo que se supone que son los elementos más atractivos de un juego como este, siendo estos el sigilo, el combate cuerpo a cuerpo, la liberación de puestos de enemigos o la obtención de armamento más variado y mejor puntuado, por nombrar solo algunas de esas cosas que te podrían llevar a embarcarte en un juego de más de 70 horas de duración si quieres completar y visitar todo lo que te ofrece.

Superar las misiones principales y secundarias del juego no siempre resulta una tarea agradable, pues la estructura de RPG de los últimos grandes juegos de la franquicia vuelve a estar presente y se utiliza para "secuestrarnos" en caso de que queremos subir una marcha y avanzar en la trama principal sin recrearnos demasiado en tareas nada estimulantes como vaciar de enemigos el enésimo castillo genérico o cabalgar durante 10 minutos para llegar a una montaña donde nos aguarda un enemigo carente de todo contexto al que derrotaremos en unos pocos segundos sin que suponga reto alguno, todo con el objetivo de subir al nivel adecuado y conseguir mejor equipamiento para poder ir a por el siguiente objetivo de la historia principal.
Quizás la llegada de 'Assassin's Creed' al país que más se ha pedido casi desde que existe la licencia merecía la vuelta a los orígenes que nos ofreció 'Assassin's Creed Mirage', con una experiencia algo más comedida, las sensaciones de épica y espectáculo que nos ofrecían las primeras entregas y un mayor pulido en campos como el del combate, las animaciones o la estructura de la progresión. Por otro lado, también es cierto que cuesta saber si era mejor tener esto o el actual indecente despliegue de medios que ha permitido tener un mapa gigantesco cargado de detalles y saber hacer en lo artístico, así como toneladas de curiosidades y datos históricos sobre la cultura japonesa.

En términos generales 'Assassin's Creed Shadows' no hace nada mucho más nuevo o diferente a lo que la licencia viene haciendo desde 'Assassin's Creed Origins' y quizás no era el momento de experimentar teniendo en cuenta la actual situación de Ubisoft, pero desde luego si era el momento de dar el extra, algo que no queda claro que se haya conseguido con este lanzamiento. Pequeñas novedades como el sistema de rastreo de objetivos no está en absoluto tan pulido como debería para ser algo más que un gimmick que el propio juego te permite saltarte fácilmente para que no se te haga más bola de lo necesario. El sistema de misiones mediante el tablón de objetivos es un auténtico caos que hace que sea verdaderamente fácil no saber a por quién estás yendo ni por qué motivo.
A pesar de una falta de novedades realmente interesantes y una experiencia más larga de lo necesario, en 'Assassin's Creed Shadows' es fácil encontrar un refugio seguro si has disfrutado de esta franquicia en el pasado, sea como los juegos originales o la deriva hacia los mundos abiertos masivos y el RPG. Sigue existiendo decenas de señas de identidad que nos hacen sentir que volvemos a casa de alguna forma, que nos hacen recordar que disfrutamos de las obras de Ubisoft en muchas ocasiones a pesar de prácticas polémicas o lanzamientos desastrosos. Es un juego con el que resulta legítimo recordar que el sello de la compañía sigue ofreciendo momentos memorables con un mando entre las manos, que siguen teniendo músculo técnico y que a veces incluso consiguen algún momento de deslumbrante brillantez, aunque estén rodeados de demasiados momentos más oscuros de lo que nos gustaría.
Lo mejor:
- Visualmente es un juego muy potente.
- A los dos protagonistas y sus historias se les acaba cogiendo cariño.
- El cariño por Japón y su historia es más que evidente.
Lo peor:
- Otro juego de Ubisoft sobredimensionado y cargado de relleno insulso.
- El combate no es tan satisfactorio como requería la ocasión.