El 15 de Agosto 2024 | 09:00
Durante un par de semanas he estado probando a fondo el monitor AOC CQ27G2S que la marca ha tenido a bien prestarnos para poder comprobar de primera mano qué es lo que tiene que ofrecer su pantalla curva con una resolución de 2560x1440, una tasa de refresco de hasta 165 Hz y algunos añadidos interesantes como el adaptive sync.
Consigue una buena inmersión con poca inversión
El monitor lo he puesto a prueba con todo tipo de usos, desde visualización de series y películas, hasta navegación, ofimática y hasta para mi trabajo, siendo el uso principal, por supuesto, jugar partidas a todo tipo de juegos para ver cómo se porta la iluminación, el color, la resolución y la tasa de refresco.
Lo primero a destacar es que es la primera vez que uso un monitor capaz de alcanzar los 165 Hz y en juegos tan dispares pero tan frenéticos como 'Neon White' o 'Call of Duty: Modern Warfare III' la respuesta del monitor es fantástica. La fluidez de la imagen hace que sea realmente satisfactorio jugar a una tasa de refresco tan alta. Lo único que lastra esta fluidez es un tiempo de respuesta que se sitúa en los 4 milisegundos, lo que puede resultar irrelevante en el 90% de experiencias de juego, pero absolutamente clave en partidas competitivas en títulos de habilidad.
A la hora de poner el foco en la calidad de imagen hay poco que reprocharle al AOC CQ27G2S en términos generales, pero mucho en cosas específicas. Por un lado el panel VA ofrece unos colores dignos y un brillo respetable, aunque insuficiente si nos encontramos usando el monitor en una estancia muy iluminada, pues el brillo máximo del monitor se queda en los 250 nits.
Aunque el dispositivo se presente como compatible con HDR, lo que trae consigo es una HDR10 escaso a todas luces para poder hacer uso de esta tecnología. Activar el HDR no nos va a aportar una mejor iluminación en casi ningún caso y no merece la pena pelearse con la configuración del monitor, de nuestro sistema operativo y de los juegos, porque no vamos a ganar nada en absoluto. A esto hay que sumar que, aunque el panel VA ofrezca unos negros muy dignos, en escenas oscuras vamos a tener que soportar ciertos artefactos como las estelas en los objetos en movimiento.
A la hora de configurar el monitor yo odio la botonera física (de esta y casi todas las pantallas del mercado), por ello doy gracias a AOC por ofrecer G-MENU, un software propietario que podemos instalar en Windows para configurar todos y cada uno de los aspectos del monitor a base de clic de ratón.
En cuestiones de diseño el monitor tiene una curvatura en la pantalla que es el punto justo para que aporte un punto de inmersión extra y mejorar la visibilidad sin llegar a ser incómodo. Un aspecto negativo del diseño es sin duda la base, pues las patas delanteras son enorme y acaban ocupando demasiado espacio en escritorios estrechos.
Se agradece también la posibilidad de rotar mucho más de lo habitual el monitor para adaptarlo a cualquier posición en la que tengamos que ponerlo, ya que los ángulos de visión dejan algo que desear y si no enfocamos el monitor recto a nuestros ojos podemos tener una experiencia desagrable con su uso.
En términos generales la experiencia de uso del AOC CQ27G2S es fantástica por sus 249 €, pudiendo encontrarlo incluso más barato en cualquier rebaja. Evidentemente tiene sus puntos débiles, pero no cabe esperar mucho más en este rango de precios. Su tasa de refresco, la curvatura de la pantalla y la versatilidad para configurar cada aspecto del monitor con G-MENU hacen que la experiencia de uso sea agradable y recomendable.
Lo mejor:
- Gran tasa de refresco para juegos competitivos.
- Pantalla curva en su justa medida.
- Fácil de configurar con su software propietario.
Lo peor:
- Brillo máximo algo escaso.
- Tener este HDR10 y nada es casi lo mismo.
- La base ocupa demasiado espacio.