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'Akaneiro: Demon Hunters' el clásico cuento de Caperucita pero ambientado en el Japón feudal

CAPERUCITA

Por Fali Rodríguez, Faloppa

El 14 de Febrero 2013 | 08:36

Sumergirse en un cuento clásico como este gusta más si es enfocado de esta manera tan especial.

Hay una legión de seguidores que adoran a los autores raros y atrevidos, cuya imaginación, ganas de arriesgar e innovación para contar historias de una manera peculiar, son un referente en un mundo copado principalmente por la falta de originalidad en las creaciones que, a veces, sobrepasa a cualquiera.

Estos curiosos gurús de lo estrambótico proliferan poco en el mundo del ocio, pero los hay en cine, moda y por supuesto, videojuegos

En concreto ahora nos paramos a analizar la figura de la empresa de videojuegos Spicy Horse. Conocidos por ser los artífices de la creación de 'American McGee's Alice' y 'Alice: Madness Returns', estos chinos tienen la particularidad de llevar a sus juegos un universo distinto al de las historias de toda la vida en las que se basan.

Si en su día dieron un giro brutal a la historia de Alicia en el país de las maravillas, ahora con este 'Akaneiro: Demon Hunters' que analizamos hoy, le toca el turno a otro clásico cuento infantil, Caperucita Roja.

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Pero, como no podía ser de otra manera, la forma en la que se ambienta, desarrolla, sucede y transcurre este título poco o nada tiene que ver con la tierna niña que iba a ver a su abuelita. Sobre todo lo más significativo es que el aspecto de tinte infantil que impregna la historia original, aquí da pie a un caudal de sangre, oscuridad y espadazos que, fijo, os gustará mucho más. Al ajo.

Jugabilidad

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Vamos a recordar a un grande entre los grandes, el magistral y a veces incomprendido 'Okami'. Bien, ahora a ese estilo de juego, ambientación y ubicación cambiémosle la vista en tercera persona por una de tipo cenital.

Una vez asimilado esto, empecemos a ver el juego como un Action-RPG de tintes parecidos al estilo 'Diablo', pero sin la intensidad de este último. Y para terminar, sumémosle un argumento conocido, lleno de giros e invenciones que mejoran sustancialmente lo que siempre hemos sabido de Caperucita para añadirle un toque oscuro y gótico al asunto.

Eso es lo que a grandes rasgos nos ofrece esta curiosa y extraña aventura. Dosis altas de acción que, sospechosamente, congenia a la perfección con este cuento.

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Una opción algo limitada es la de que no podemos ser completamente libre para crear asesinos ninja despiadados. Partimos de la base de elegir el sexo, ya sea hombre o mujer y luego, basado en tres características principales, elegiremos una de ellas que condicionara a nuestro personaje.

Tenemos 3, la destreza es, o mejor dicho, si lo que deseamos es un protagonista que tenga doble empuñadura, luego tendríamos la fortaleza, que viene a ser elegir un personaje con muy alta defensa y que posea armaduras pesadas y, por último, dispondremos de la astucia, cuya función principal es que sirve para centrarse en los ataques a distancia y trucos evasivos. Aún así, más adelante en la aventura podemos elegir algún que otro aspecto más, que si bien sirve para alargar las opciones, en definitiva, son escasas.

En el aspecto más de control vemos que estos resultarán bastante simples e intuitivos. En un mundo del Japón feudal y, donde lo mejor del juego es que podemos ir cortando a cualquier ser vivo o no que aparezca por el camino como, las hordas de Yokai (demonios y monstruos sacados del inverosímil folklore japonés), demonios varios, samuráis sin señor y, claro está, muchos, pero que muchos lobos.

Los movimientos y ataques básicos se realizan con un clic izquierdo, mientras que las habilidades especiales que realice el prota, se puede activar con un clic derecho del ratón. El resto de las otras habilidades que vayamos obteniendo se asignan en las teclas numéricas, y tendremos que recordar rápidamente en que número la asignamos ya que los continuos ataques y elevado grupo de enemigos en pantalla no nos dejarán un segundo de respiro.

A los muchos enemigos que vayamos derrotando, dejarán caer fragmentos de Karma, una especie de moneda mística usada en el juego y que se utiliza para casi todo, como por ejemplo:

Comprar equipamiento, ítems varios, aprender nuevas habilidades e incluso, revivir. Dicho Karma también se puede utilizar para ajustar la dificultad de las misiones existentes o, para desbloquear nuevas regiones del mundo donde sucede la aventura.

El pero principal que le ponemos es que, para disfrutar del juego verdaderamente por completo, existe una opción de micro-pagos, algo que no le sienta nada bien al título y que, nos dejará un mal sabor de boca ver como para ir desbloqueando ciertos aspectos, esto se antoja necesario.

Gráficos

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Este apartado sea seguramente el punto fuerte de este 'Akaneiro: Demon Hunters'. Siguiendo claramente la estela visual ya vista en juegos basados en la época Tokugawa, ofrece sin paliativos unos diseños como esbozados con pincel y tinta que dotan a la experiencia de juego de un toque a perfume de loto francamente perfecto.

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Si bien, el hecho de tener vista isométrica desluce un poco algunos detalles y elementos en pantalla, a grandes rasgos lo visto y expuesto cumple con creces su cometido.

Los personajes, enemigos y sobre todo, los grandes Yokai que vemos a lo largo y ancho del mundo, son sublimes en diseño y, esa idea descabellada de trasladar el clásico cuento a esta era, le sienta visualmente como un guante. Seguramente los más puritanos pasen por alto este aspecto ya que, aunque todo está bien conseguido, si la jugabilidad no llama, difícilmente se fijará con más ahínco uno en los gráficos. ¿Consejo? Dadle una oportunidad a sus escenarios y diseños, lo merecen.

Sonido

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No es que haya mucho que reseñar aquí, sinceramente. Se le podría calificar con un simple adjetivo: "Correcto".

Aunque alguna de las interpretaciones musicales sirven para trasladarnos por un momento a lo más profundo de los caminos transitados por samuráis, a veces en las batallas, cuando muchos enemigos nos acorralan, surge como un acople severo de golpes, espadazos y quejidos que no deja indiferente y que, según nuestro nivel de aguante, puede resultar molesto.

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Lo demás, sin embargo, es bonito a su manera y claro, si eres como el que suscribe esto, un amante de la cultura japonesa, este aspecto y sus canciones te harán disfrutar como un enano.

Dificultad

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El aumento de dificultad en este juego puede traducirse principalmente en, monstruos más y más resistentes, y mayor cantidad de los mismos acudiendo en manadas a por nosotros.

Dependiendo de si subimos el nivel de dificultad o no, podemos terminar por tener que volver a visitar mapas ya terminados para ganar Karma suficiente y así, avanzar. Además de esto, sólo se puede subir de nivel al final de una misión completada, algo que a veces nos dará algún quebradero de cabeza.

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Sin embargo, aunque hay un aspecto definido en cuanto al objetivo principal de la aventura, el perdernos por ahí de vez en cuando representará libertad y más duración.

Conclusión

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Este extraño pero entretenido juego de Spicy Horse nos promete en realidad más de lo que ofrece. No es que sea una mala experiencia o que el juego de por sí carezca de aspectos que lo mejoren, es simplemente que al estar montado como una beta en proceso de mejora, se nota demasiado que le faltas cosas para acabar por enganchar al usuario.

Es una mezcla de buenos objetivos, planteamiento e idea, con una mala elección de batallas, limitación de mejoras y objetos y, porque no decirlo, un modo cooperativo verdaderamente estable.

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Se recomienda su compra a cualquier Otaku de la época feudal japonesa y a los interesados en Action-RPG de corte clásico. No lo rehuyáis, merece la pena darle una oportunidad.

8,2

Lo mejor:

La ambientación es, simplemente, encantadora y cautivadora.

El aspecto de haber cambiado de esta manera tan peculiar el argumento de Caperucita Roja.

Lo peor:

Excesivamente repetitivo a veces en las batallas.

El cooperativo es regular.

Le falta variedad en casi todo.

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